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Cultural Literatura


David Toscana escribe de tragedias y perdedores

David Toscana escribe de tragedias y perdedores


Publicación:27-03-2025
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El escritor regiomontano está en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán para presentar la nueva edición de su libro de cuentos "Lontananza"

David Toscana, el escritor nacido en Monterrey que hoy radica entre España, Polonia y México, y entre esas andanzas escribe su nueva novela de la que por superstición prefiere no adelantar nada, está en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) para participar en el Congreso de UC-Mexicanistas y para presentar la nueva edición de su único libro de cuentos, Lontananza, que edita Era.

"Es mi único libro que más o menos es un libro de cuentos en mis muchos 30 años de estar escribiendo. Por ahí hay quizás dos cuentos más que he escrito un poco por compromiso, que me solicita algún amigo", dice Toscana, quien asume que su espíritu literario es el de novelista.

Fuera de un cuento para una antología sobre el sexenio de Salinas de Gortari, y uno para una antología alemana de Navidad, Toscana sólo ha escrito los cuentos reunidos en Lontananza, que confeccionó porque lo retaron a escribir cuentos de cantina.

"Yo le dije, 'hay gente que escribe novelas históricas de épocas que no vivió, gente que escribe sobre marcianos o sobre el futuro, ¿porque no se puede escribir de una cantina?' Y al final es una de estas cantinas regias donde se junta la gente para hablar de sus vidas, de estas vidas muy regias que tienen que ver con el trabajo. Este es el mundo en el que me quise introducir, como escritor me gusta meterme en mundos que no conozco y aunque en aquel entonces no bebía, en aquel entonces Eduardo Antonio Parra se burlaba mucho de mí porque yo tomaba chocolala", afirma Toscana.

Al autor de Santa María del circo, El ejército de iluminado, Olegaroy y El peso de vivir en la tierra le interesa seguir a los personajes, por eso es novelista, "Ya sabemos todos que la literatura tiene una anécdota, pero alrededor de la anécdota tiene que haber un significado, tiene que haber algo que osadamente llamamos filosofía. El escritor tiene que ser un filósofo. No de manera tan ordenada como lo es un filósofo, pero tenemos que cuestionar la vida, la muerte, la amistad, el sentido del éxito, del fracaso, los amores".

Apunta que por eso en la literatura funcionan más, por ejemplo, los boxeadores trágicos que los campeones; es decir, los perdedores y no los ganadores. "La felicidad no nos deja mucha oportunidad para meditar, en cambio el otro lado de la moneda como puede ser la muerte, el fracaso, la guerra, el miedo, todos estos sentimientos que queremos evitar en nuestra vida, los queremos en la literatura", reconoce el narrador, a quien le interesan los personajes un poco absurdos, que le permiten mostrar este espejo distorsionado, "que nos hacen ver también ciertas cosas de nosotros mismos".

 



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