Cultural Exposiciones
El tiempo ominoso, por Pablo Vargas Lugo

Publicación:13-06-2025
TEMA: #Cultura
"Omega" está abierta al público hasta el 7 de septiembre.
CIUDAD DE MÉXICO.- Un reloj de bolsillo gigante pende del techo de la galería Labor. Con esta imponente escultura, Pablo Vargas Lugo
(Ciudad de México, 1968) continúa sus reflexiones en torno al tiempo, uno de sus temas de interés.
"En este caso va directamente a la imagen de una herramienta de medir el tiempo y a dos ideas que a veces mantenemos simultáneamente en la mente: el tiempo corre como hacia un final, específicamente para nosotros como seres conscientes, hacia la conclusión de lo que es la muerte y, por otro lado, el tiempo es también una experiencia subjetiva y continua que sucede en diferentes escalas, en diferentes experiencias", explica Vargas Lugo en entrevista con EL UNIVERSAL.
La escultura "amenazante" y "ominosa" –como describe el artista– de reloj de bolsillo pesa más de 150 kilos y está hecha de bronce de silicio. En la tapa tiene el símbolo de omega, que para el artista tiene tres lecturas: hacer una referencia a la prestigiosa marca de relojes, pero también a la frase bíblica que está en Apocalipsis "Yo soy el Alfa y la Omega", un símbolo relacionado con la resistencia eléctrica.
Y aunque los relojes, en particular aquellos como los que diseñó Omega para acompañar al hombre a la Luna, tienden a ser precisos, el de Vargas Lugo no lo es y mucho menos confiable, porque no es un reloj en sí. Sólo es la caja con su tapa, que al artista le recuerdan a un ataúd, tiene un nudo y una cuerda, que también hace que parezca un péndulo para hipnosis o una bola de demolición. "A mí me interesa sintetizar siempre esas referencias en objetos que son relativamente simples", dice.
Del omega se desprende otra interpretación, la del "om" de la meditación, tema presente en las otras obras de la exposición, que consisten en mandalas hechos con collage de papel y tela.
"Digamos que la Omega nos da ese abanico de interpretaciones: la omega final, hacia donde corre la historia y la visión del tiempo, y la om de la meditación que busca detener el tiempo y detener la idea de cambio en la conciencia. (...) Siempre he tenido un gusto por cierta imaginería que viene de las tradiciones budistas. Creo que tiene una serie de elementos como de movimiento y de sensualidad y de representación que están siempre en tensión con la idea que está detrás de ellos, que es como llegar a ciertos estados mentales o como detener la mente".
"Omega" está abierta al público hasta el 7 de septiembre.
"En este caso va directamente a la imagen de una herramienta de medir el tiempo y a dos ideas que a veces mantenemos simultáneamente en la mente: el tiempo corre como hacia un final, específicamente para nosotros como seres conscientes, hacia la conclusión de lo que es la muerte y, por otro lado, el tiempo es también una experiencia subjetiva y continua que sucede en diferentes escalas, en diferentes experiencias", explica Vargas Lugo en entrevista con EL UNIVERSAL.
La escultura "amenazante" y "ominosa" –como describe el artista– de reloj de bolsillo pesa más de 150 kilos y está hecha de bronce de silicio. En la tapa tiene el símbolo de omega, que para el artista tiene tres lecturas: hacer una referencia a la prestigiosa marca de relojes, pero también a la frase bíblica que está en Apocalipsis "Yo soy el Alfa y la Omega", un símbolo relacionado con la resistencia eléctrica.
Y aunque los relojes, en particular aquellos como los que diseñó Omega para acompañar al hombre a la Luna, tienden a ser precisos, el de Vargas Lugo no lo es y mucho menos confiable, porque no es un reloj en sí. Sólo es la caja con su tapa, que al artista le recuerdan a un ataúd, tiene un nudo y una cuerda, que también hace que parezca un péndulo para hipnosis o una bola de demolición. "A mí me interesa sintetizar siempre esas referencias en objetos que son relativamente simples", dice.
Del omega se desprende otra interpretación, la del "om" de la meditación, tema presente en las otras obras de la exposición, que consisten en mandalas hechos con collage de papel y tela.
"Digamos que la Omega nos da ese abanico de interpretaciones: la omega final, hacia donde corre la historia y la visión del tiempo, y la om de la meditación que busca detener el tiempo y detener la idea de cambio en la conciencia. (...) Siempre he tenido un gusto por cierta imaginería que viene de las tradiciones budistas. Creo que tiene una serie de elementos como de movimiento y de sensualidad y de representación que están siempre en tensión con la idea que está detrás de ellos, que es como llegar a ciertos estados mentales o como detener la mente".
"Omega" está abierta al público hasta el 7 de septiembre.
« El Universal »
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