Microsoft prepara un cambio que afectará a mil millones de usuarios

Esta ventana se utiliza por alrededor de mil millones de personas, y tiene un papel muy importante, porque dicha cuenta es la que nos permite identificarnos como usuario no solo en Windows 10 y Windows 11, sino también en otros servicios y dispositivos de la compañía estadounidense, como Xbox y Microsoft 365.

La interfaz y el diseño de la ventana de identificación dedicada a la cuenta Microsoft ha permanecido durante años sin modificaciones, pero esto va a cambiar muy pronto. Esa nueva interfaz estará basada en el diseño Fluent 2 del gigante de Redmond, lo que significa que encajará mejor con la interfaz de Windows 11.

Esta modernización es necesaria, de eso no hay ninguna duda, y vendrá acompañada de cambios importantes que irán más allá del plano estético. Sabemos que gracias a este cambio ahora será posible utilizar el tema oscuro en esa ventana, y que tendrá un diseño más limpio y con esquinas ligeramente redondeadas.

En la interfaz también tendremos más opciones de identificación sin contraseña. Se mantendrá la opción de crear una nueva cuenta, que seguirá apareciendo en la parte inferior de la ventana, y tendremos las mismas opciones de recuperación de cuenta tanto si hemos olvidado el nombre como si ya no recordamos la contraseña.

Esta nueva interfaz lleva en fase de prueba desde el pasado mes de febrero, así que algunos ya han tenido la oportunidad de utilizarla. Según el gigante de Redmond el despliegue de esta nueva interfaz va a ser relativamente rápido, y espera que un 95% del total de usuarios acabará visualizando esta interfaz.

Su despliegue e implementación se producirá de forma gradual entre lo que queda de marzo y el próximo mes. Se espera que termine a finales de abril. La nueva interfaz se extenderá a todos los servicios y dispositivos que utilicen una cuenta Microsoft, sin excepción.

Este movimiento por parte del gigante de Redmond forma parte de un esfuerzo que lleva tiempo haciendo para intentar unificar las interfaces y el diseño de sus sistemas operativos y de sus aplicaciones y servicios, un tema que siempre ha generado polémica, y que sigue sin terminar de resolverse, ya que todavía se encuentran incongruencias en el lenguaje de diseño de Windows 11.