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Opinión Editorial


CNTE vs Sheinbaum


Publicación:24-03-2025
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Sí, sin duda estamos ante escenarios políticos que, aunque un poco, nos recuerdan lo sucedido hace 100 años.

Sí, sin duda estamos ante escenarios políticos que, aunque un poco, nos recuerdan lo sucedido hace 100 años, cuando el partido hegemónico, derivado de la Revolución Mexicana, intentaba controlar completamente el escenario nacional y, posteriormente, lo lograría ya con el partido de masas, como lo fue la transición del Partido Nacional Revolucionario al Partido Revolucionario Institucional, con la preeminencia del presidente Lázaro Cárdenas, como bien lo recordamos.

Desde entonces, tuvimos un período extenso de casi un siglo de un partido hegemónico dictatorial, con una dictablanda, como se conoció por parte del Partido Revolucionario Institucional. Aquellos tiempos lograron transformarse con la llegada de la democracia mexicana a finales del siglo XX y principios del XXI, cuando el PAN, el Partido Acción Nacional, llegó al poder.

Todo parecía indicar que la democracia liberal como sistema, ubicándonos también en el estado de derecho, se fortalecía en México. Las cámaras de senadores y diputados trataban de trabajar lo más independientemente posible del Ejecutivo, y obviamente también el Poder Judicial, hasta que apareció López Obrador, quien poco a poco debilitó la democracia liberal mexicana para regresar a épocas de mayor concentración del poder en un partido hegemónico, ya no llamado PRI, sino ahora denominado Morena.

La vida da muchas vueltas y, ahora, estamos en un escenario globalizado y mucho más complejo tecnológicamente hablando que a principios del siglo XX. Derivado de todo este control que logró establecer el presidente López Obrador sobre el Estado mexicano, poco a poco fue mermando las instituciones realmente autónomas, así como controlando la Cámara de Diputados en su totalidad y, ahora, con esta reforma al Poder Judicial.

La cuestión es que la democracia fue desarticulada por el presidente López Obrador, y esta destrucción creativa fue avalada por la presidenta Claudia Sheinbaum. Con ello se logró también desarticular completamente, en su totalidad, a la oposición, convirtiéndola prácticamente en una minucia, una entelequia. En este momento de la historia, la oposición en México es una minoría activa, pero intrascendente políticamente. Los opositores tienen miedo porque, obviamente, temen ser aplastados. Están desarticulados y no saben cómo confrontar a este nuevo ogro filantrópico que tienen enfrente. Fuera de algunas voces aisladas, especialmente de la derecha, la oposición como tal no existe.

En este nuevo escenario, el partido hegemónico, la presidenta Sheinbaum y los legisladores, así como el control que seguramente tendrán sobre el Poder Judicial, pueden hacer y deshacer la Constitución y gobernar como se les antoje. No tienen ningún límite institucional actualmente. Esto es muy interesante porque ya no tienen a quién culpar; no se puede echar la culpa a nadie más porque la oposición desapareció. Especialmente los de derecha, que son un grupúsculo sin influencia alguna; su voz está totalmente apagada.

Es en este contexto que la presidenta Sheinbaum encuentra, sin embargo, mucha resistencia, y se inconforma y conspira  ante ella un movimiento oscuro que pretende derrocarla. Desde ahora, en este periódico, en esta humilde columna editorial, lo digo con todas sus letras: la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación tiene como consigna derrocar a la actual presidenta Claudia Sheinbaum.

Ya esta semana vimos cómo empezaron a mover las fichas de ajedrez y la doctora Sheinbaum retrocedió. La doctora Sheinbaum, como diría Donald Trump, no tiene las cartas o, aunque sí las tenga, no quiere jugarlas. Porque ella, como mujer y como presidenta, sabe que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación lo que busca es presionarla y ponerla contra la pared, para que se hinque de rodillas y acuda al rancho de Tabasco, donde supuestamente se esconde el presidente López Obrador, y le pida que intervenga para detener a este ogro, a este monstruo llamado Coordinadora.

Solamente el presidente López Obrador, antiguo domador de serpientes, puede volver a este monstruo de la Coordinadora en un tierno corderito. No hay nadie más en el mundo que pueda lograrlo. Durante el sexenio del presidente López Obrador, la Coordinadora ni siquiera levantó un dedo en su contra; se replegó y estuvo calladita, obteniendo grandes y maravillosos beneficios a su favor. Pero ahora la Coordinadora está de regreso y tiene hambre.

Tiene hambre de poder, hambre de destrucción, hambre de manipulación, hambre de aniquilación del poder del Ejecutivo. La huelga de trabajo por parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación es inminente. No hay poder humano que pueda detener el caos y los ataques de esta entidad política sindical en contra de los ciudadanos de la Ciudad de México y del país entero.

Solamente la presidenta Sheinbaum puede defender a los ciudadanos de la sombra destructora de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Solo la presidenta Sheinbaum, con su espada flamígera, puede hacer justicia. Pero la Coordinadora solo obedece órdenes del presidente López Obrador, y la orden clara ha sido derrocarla.

Los dolores de cabeza para la presidenta Sheinbaum provienen de esta nueva oposición, la que se ubica dentro de las filas mismas de Morena, las que se convertirán en lastres y verdaderas piedras en el camino. La orden ha sido dictada y solamente el presidente López Obrador puede detener la corriente destructora de la Coordinadora Nacional de la Educación.

Por supuesto que la presidenta Sheinbaum, si quiere contar con el apoyo irrestricto del presidente López Obrador, deberá doblarse ante él, sobre todo doblar su rodilla en su presencia, ante su magna presencia. Tendrá que humillarse como súbdita del poder tabasqueño.

Por supuesto que la presidenta Sheinbaum tiene muchas cartas que jugar, y son cartas poderosas, especialmente con la inminente solicitud por parte del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, que girará una orden de aprehensión contra 100 narco-políticos mexicanos en los próximos meses. Y uno de ellos, la cereza del pastel, será la cabeza del presidente Andrés Manuel López Obrador, considerado un verdadero narco-presidente al servicio del Cártel de Sinaloa por parte del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.

Esa es la carta principal que tiene la doctora Sheinbaum sobre la mesa. De ella depende la justicia social y política para el pueblo de México. Ella debe cortar cabezas con su espada justiciera y flamígera. A la doctora Sheinbaum le decimos: estamos con usted, ¡corte las cabezas, doctora Sheinbaum! Haga justicia para el pueblo de México, desarticule el narco-gobierno, desarticule las organizaciones narco-sindicales. ¡Que no le tiemble la mano! Para eso el pueblo votó por usted.



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