Opinión Editorial
Suponer / su…poner
Publicación:22-02-2023
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Escuchar es un arte de lo imposible. Y más en un mundo acelerado y de la auto gratificación, del narcinismo
Pienso donde no soy, luego soy donde no pienso
Jacques Lacan
Escuchar es un arte de lo imposible. Y más en un mundo acelerado y de la auto gratificación, del narcinismo, del primero yo, después yo y al último yo. Las personas cada vez estamos más ansiosas, desesperadas, encerradas en nuestra amurallada auto gratificación, que el encuentro con los demás pareciera casi imposible.
En este contexto parece que el contacto con el otro solo es para reclamar lo que este no da. Para ciertas personas es fascinante echarle la culpa a alguien más de la propia infelicidad. Culpar al otro funciona como elemento de protección del narcisismo (la culpa la tienen los otros, yo no, yo soy inocente) y de desafectación de la responsabilidad (es el otro el que debe hacer algo, no yo, mi función se reduce a reclamar y esperar que sea el otro que me de lo que reclamo).
Esperar a que alguien hable y termine lo que quiere decir sin interrumpirle es, hoy, algo difícil de encontrar. Lo común es escuchar solo ciertas cosas, captar algún detalle, para, rápido contestar. O, por otro lado, encontrar que siempre habrá un “roba experiencias” que siempre tiene su “yo también” y se arranca diciendo su historia, sin escuchar lo que la otra persona estaba diciendo.
La marca de los tiempos actuales es no escuchar, sino suponer, se supone en las familias, escuelas, empresas, en todo lugar. Y quien supone lo hace desde cómo le fue “en la feria”. En esa misma línea, el sentido no es algo que encuentra y escucha, sino, la mayoría de las veces, algo que se proyecta. Al suponer, se pone, se coloca, se hace un juicio previo, un pre-juicio. Quien funciona de esa manera, piensa en los demás a través de sí mismo/a, el o ella son la medida de lo que escuchan, por lo que difícilmente dejan su-posición desde donde juzgan.
Al acelerarse la vida, no solo en términos de la velocidad de los medios de transporte, sino de la comunicación en milisegundos, la espera y la paciencia comenzaron a escasear. Aderezado con un toque de narcinismo. Todo es para ayer, para ahora mismo. La relación con el tiempo, la espera y la esperanza se modificó precisamente porque son experiencias que se despliegan de cierta manera a lo largo del tiempo, requieren estaciones específicas, una elaboración. De ahí que los lastres sociales más comunes sean: cansancio, fastidio, estrés, impulsividad, agresividad, deficiencia para pensar y leer, para evaluar un problema, perdida de interés, sin sentido. No se piensa tanto sino se reacciona más. Se funciona más por contagio, a flor de piel, que tomando conciencia de los posibles efectos de lo que se va a hacer y decir.
Escuchar implica no suponer, sino escuchar lo que el otro dice, sin buscar interpretarle (“Es que lo que creo que quieres decir es…bla bla bla”) sino más bien, preguntar, verificar qué es lo que lo que nos ha querido decir; que es lo que dice el libro, no lo que yo imagino o supongo que quiso decir su autor. Como vemos, escuchar y leer verdaderamente guardan una relación con la escucha y la espera del sentido que está desplegándose ante nosotros. Ya que, como habrá dicho Jacques Lacan, si usted ha comprendido seguramente está equivocado.
« Camilo E. Ramírez »