Cultural Exposiciones
Cuestionan en exposiciones el capitalismo y patriarcado

Publicación:01-07-2025
TEMA: #Arte
Presentan Fábula rota y los cuerpos que olvidaron huir, de Cosa Rapozo en Espacio Uno; y El México que se nos fue, de Carlos Lara en el Patio de las Esculturas
Cuestionamientos a aspectos de la sociedad contemporánea, como el capitalismo, la identidad y la opresión ejercida por estructuras de poder, se presentan en MARCO a través de dos nuevas comisiones: Fábula rota y los cuerpos que olvidaron huir, de Cosa Rapozo en Espacio Uno; y El México que se nos fue, de Carlos Lara en el Patio de las Esculturas.
Ambas exhibiciones abrieron al público el pasado fin de semana y forman parte del esfuerzo del museo por comisionar proyectos a artistas contemporáneos cuya carrera está cobrando relevancia en la escena artística.
Bajo la curaduría de Brenda Fernández, la artista Cosa Rapozo (Guanajuato, 1987) muestra una serie de obras que intervienen la sala conocida como Capilla Legorriana y que la transforman en una atracción de feria. Recientemente, la artista ha encontrado la figura del carrusel como una representación de un despliegue colonial, un elemento lúdico y atractivo donde se puede observar la interacción del hombre y la forma en que organiza y somete a otras especies.
A lo largo de su producción, Rapozo ha abordado en su discurso asuntos como la vergüenza y la dominación.
En las obras de Espacio Uno, explora figuras que imponen sometimiento sobre otras para hablar sobre el humano hegemónico, es decir, la cultura patriarcal. Entonces el carrusel es ese espacio donde lo salvaje, que representa con la naturaleza, y el cuerpo femenino, son figuras no solamente sometidas, sino que están al servicio de un espectáculo.
Al ingresar a Espacio Uno, el público encontrará dos esculturas con la forma de venados en expresión de salto; tienen un aspecto inacabado en donde por igual hay detalles que indican violencia, como unos alfileres que sostienen un trozo de peluche, como si fuera su propio pelaje. Una de las obras es una marquesina con estética de feria con la palabra DELIRIO con acabado peluche y en el piso se encuentran esculturas en forma de pezuña. En los muros se encuentra un ensayo fotográfico donde una figura femenina posa con ropa y pezuñas de peluche, mostrando una ambigüedad entre lo humano y lo animal.
Aunque la artista incorpora elementos de lo salvaje a su obra, paradójicamente son materiales artificiales y sintéticos. Esos materiales, aunados con los ornamentos utilizados para decorar las atracciones en las ferias, son una referencia a la manera en la que actualmente la creadora se vincula con la naturaleza al haberse mudado de Guanajuato a la Ciudad de México: ya no es una relación directa, sino desde lo ficcional.
"Eso me llevó a reconstruir la naturaleza desde lo teórico, lo especulativo, lo fantástico", comparte.
Las preocupaciones de la artista provienen de una reflexión acerca de la generación millennial a la que pertenece, que heredó ciertas tradiciones y al mismo tiempo vivió movimientos emancipatorios, como el feminismo.
"Estar entre ambas fuerzas me hizo cuestionar muchas estructuras, especialmente en torno al ser social. Eso me llevó a pensar también en una crítica al ser humano, no solo al hombre hegemónico. Me interesa una perspectiva post-humana: una postura feminista, sí, pero también trans-especie, donde otras formas de vida o el entorno mismo tienen agencia o visibilidad", ahonda.
Por otro lado, la exposición El México que se nos fue, es una intervención de sitio específico a cargo del artista Carlos Lara (Nuevo León, 1994) en el Patio de las Esculturas. La curaduría está a cargo de Mariana Mañón Sepúlveda, gerente de exposiciones de MARCO.
A través de una instalación que se despliega por todo el patio, el artista aborda una parte histórica en la frontera de México, atravesada por su historia familiar, específicamente el Programa Bracero, un acuerdo bilateral entre los años 1942 y 1964 donde los mexicanos podían migrar legalmente a Estados Unidos para trabajar, pues la mayoría de los hombres norteamericanos se encontraban participando en la Segunda Guerra Mundial; entre los migrantes se encontraba su abuelo.
Detalle de la exposición El México que se nos fue, de Carlos Lara.
En el Patio de las Esculturas estarán zonas con pasto seco cubierto con pintura verde, que aluden a la tradición pictórica pero desde una escala industrial. Sobre estas secciones estarán herramientas usualmente empleadas para trabajar en la agricultura, cada una con elementos de animales vinculados al campo, por ejemplo, estarán dos tractores que sugieren a los bueyes y dos podadoras que recordarán a los caballos. Sin embargo, estas esculturas tienen la intención de desvanecerse en el paisaje a través de sus dimensiones.
En el caso de su bisabuelo, este emigró a los Estados Unidos durante el Programa Bracero. Aunque su abuelo también participó en el mismo programa, en 1994 formó parte de una amnistía en la que el gobierno estadounidense regularizó a 3 millones de inmigrantes; desde entonces se dedica a la jardinería en campos de golf. Por otro lado, apunta el artista, los campos en México tenían cierto abandono por la falta de impulso económico, como el fallido programa del reparto agrario (1934-1940) durante el periodo del presidente Lázaro Cárdenas. Aunque se otorgaron facilidades para obtener terrenos, existía una falta de apoyo para fortalecer el trabajo en el campo, impactando en la productividad.
En su conjunto, la intervención reflexiona acerca de cómo los asuntos políticos y económicos se pueden reflejar en el trabajo en la tierra, y la exploración del artista está relacionada con la memoria a través de un relato familiar que cobra relevancia en su contexto social y temporal. Entonces, Lara parte de lo individual para abordar no solamente un momento histórico, también cuestiona la manera en los falsos ideales de prosperidad, y la manera en que el capitalismo influye en los territorios o lugares geográficos y sus dinámicas de trabajo.
Ambas exhibiciones forman parte del esfuerzo del museo por comisionar proyectos a artistas contemporáneos cuya carrera está cobrando relevancia en la escena actual.
« El Porvenir / César López »