Opinión Editorial
Cónclave
Publicación:05-05-2025
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Dejaré para la próxima semana mi opinión sobre la participación que debemos tener en las elecciones.
Dejaré para la próxima semana mi opinión sobre la participación que debemos tener en las elecciones de miembros del Poder Judicial que se llevará a cabo el 1 de junio. Lo hago porque estos días me llena de emoción especial otro proceso (electoral): el proceso del cónclave en la elección del nuevo Papa. Hay quienes sostienen que este es relevante sólo para quienes comparten y siguen la fe católica. No estoy de acuerdo, el cristianismo y, dentro de este, la Iglesia Católica, es parte integrante de la historia, civilización y manera de pensar de todo el occidente. Pensar que la elección del Papa no afecta la política mundial es erróneo, por no decir ingenuo.
El primer cónclave que recuerdo fue el que eligió a Juan Pablo I (Albino Luciani, quien estuvo sólo 33 días). Luego vendría el cónclave que eligiera al Papa Juan Pablo II (Karol Jósef Wojtyla).
Con fascinación y curiosidad viví el cónclave que eligió a Benedicto XVI y después el del Papa Francisco. De igual manera, me interesa este que iniciará el miércoles.
Además, guarda una novedad que no gozaban los anteriores: será el cónclave con cardenales que vienen de un mayor número de países, incluso algunos que no habían sido antes representados.
El espectáculo involuntario que nos ofrece el cónclave nos da también una oportunidad para conocer personalidades extraordinarias, así como entender y comprender los diversos significados y símbolos que veremos en todas las transmisiones de este acontecimiento.
La espectacularidad con la que también se trata el tema no debería nublarnos la oportunidad que tenemos para conocernos y comprendernos mejor. Me sorprende que, a diferencia de cuando se elige únicamente a un jefe de Estado (no olvidemos que el Santo Padre también lo es) tanto sacerdotes, religiosos y religiosas de todo el mundo viven el suceso con una extraordinaria tranquilidad y muestran una certeza clara en que, más allá de injerencias políticas, afiliaciones a distintos grupos, especulaciones y hasta intrigas, que son propias a una elección hecha por seres humanos, está y se hace presente el Espíritu Santo que actúa y actuará en quienes deciden quién será el sucesor de San Pedro.
Por lo pronto, se ha anunciado que el cónclave iniciará el 7 de mayo; será precedido por la misa para la elección papal. Después pasarán a la Capilla Sixtina y cerrarán las puertas con lo que empezará el proceso. Mientras tanto, los cardenales electores de este Cónclave llevan a cabo "Congregaciones" en donde dialogan y conocen opiniones de distintos expertos en distintas materias. Lo mejor es aprovechar la oportunidad de conocer más acerca de los distintos cardenales y sus perfiles ideológicos y esperar con alegría evangélica esta nueva decisión y, con ello, estar atentos a la luz que dará el nuevo Papa a la humanidad después del anuncio "Habemus Papam".
@Mzavalagc
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