Cultural Singularidades
Concluye periodo cuaresmal con la consagración de los Santos Oleos

Publicación:16-04-2025
TEMA: #Semana Santa
En esta celebración se consagra el Santo Crisma (de aquí el nombre de misa crismal) y se bendice además los restantes óleos o aceites (para los enfermos)
Como cada año, el Arzobispo de Monterrey Rogelio Cabrera López, en compañía de los sacerdotes de la diócesis y de la comunidad católica, presidió la Misa Crismal en la cual consagró los Santos Oleos y con ello se concluyó el periodo cuaresmal.
En esta celebración se consagra el Santo Crisma (de aquí el nombre de misa crismal) y se bendice además los restantes óleos o aceites (para los enfermos y los que se van a bautizar).
La palabra crisma proviene de latín chrisma, que significa unción. El crisma es la materia sacramental con la cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes, entre otras funciones.
Durante la homilía, Cabrera López, resaltó el valor simbólico y espiritual de los santos óleos —el de los catecúmenos, el de los enfermos y el santo crisma—, que fueron consagrados y bendecidos en la misma misa para ser utilizados durante todo el año en los sacramentos en las diferentes parroquias de la arquidiócesis.
"Estos óleos son signo de nuestra misión. Nos recuerdan que fuimos ungidos para proclamar el Evangelio, liberar a los cautivos y sanar a los enfermos", expresó el Arzobispo.
El prelado, hizo una invitación contundente al clero a "enfocarse" en su verdadera misión pastoral, recordando las palabras del Papa Francisco al pedir claridad de propósito en el servicio eclesial.
"No nos distraigamos en lo que no nos corresponde. Lo nuestro es servir a los pobres, a los que sufren, a los que no tienen esperanza", remarcó.
Además, destacó también el papel de Nuestra Señora del Roble, patrona de la Arquidiócesis, como guía y protectora de la misión sacerdotal. A sus pies, los presbíteros renovaron sus votos de fidelidad y servicio a Dios y a la comunidad.
Cabe mencionar que, ordinariamente esta misa se celebra en la catedral de cada diócesis el Jueves Santo; pero, por razones de conveniencia pastoral, se puede adelantar a uno de los días de la Semana Santa.
El rito de la Misa Crismal, incluyó la renovación de las promesas sacerdotales, tras la homilía, el Arzobispo invitó a sus sacerdotes a renovar su consagración y dedicación a Cristo y a la Iglesia.
Juntos prometieron solemnemente unirse más de cerca a Cristo, ser sus fieles ministros, enseñar y ofrecer el santo sacrificio en su nombre y conducir a otros a él.
« El Porvenir / César López »