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La noche de las reinas, de Vicente Alfonso

Publicación:03-08-2025
TEMA: #Agora
Vicente Alfonso nos ha entregado una poderosa ficción donde algunos momentos históricos se cuelan como la muerte, sin pedir permiso
¿Qué une al Tiburón de Escuinapa con Melinda Farmer, Irene Aguilar, Jacinto Garay, Flavio Corrales, el grupo norteño Los Filosos, con los estudiantes radicales conocidos como Los Enfermos, el general Sepúlveda, Vicente Leñero, Federico Campbell y Mazatlán Sinaloa? Debe creerme: Usted. Lo sabrá cuando termine de leer esta emblemática novela, La noche de las reinas, de Vicente Alfonso, publicada por Alfaguara del grupo Penguin Random House, en junio de 2025, donde consiguió "pasar al papel ese rencor furioso, desbocado, que da idea de lo que vale la vida acá en el norte". Escucho descargas de AK-47, apuesto a que no son de la novela.
Román Higareda, gobernador de Sinaloa, resuelve los problemas del estado mientras nada en una alberca y escucha a Los Filosos, canciones del folklor local, y Luz de luna de Álvaro Carrillo. Era muy pobre y ahora es un empresario y político poderoso que tiene muy claro que "vale más ser temido que ser amado." Le gusta disponer de cualquier mujer y le nace una obsesión por Irene, esposa del jefe guerrillero Flavio, a la que no tuvo reparos en violar. El caso es que Mazatlán es la sede de la final de Miss Universo. Hay 75 concursantes, entre ellas Melinda, de Sudáfrica, con quien México no tiene relaciones debido al apartheid. La chica recibe amenazas y además, es la que le gusta al Tiburón para echar una cana al aire. Como ocurre en estos certámenes, el puerto está lleno de periodistas del mundo, entre ellos el novelista y reportero Jacinto Garay, contratado por el góber para escribir un libro sobre el Estado. Garay busca otras informaciones que lo llevan al límite, y que me hicieron recordar unos versos de Bernard Noël, "cuando un hombre muere/ debe rendir su alfabeto." Ya verán ustedes dónde se mete y lo que resulta.
Vicente Alfonso, que nació en Torreón en 1977, se ha convertido en uno de los novelistas más respetados de México. Se percibe la seguridad con que desarrolla sus ficciones y su habilidad en la mezcla de historias personales, como en La noche de las reinas, en que todos los personajes están en el filo de la navaja. Seguramente usted elegirá a Irene como la más golpeada, la que tiene más razones para moverse en estas páginas como lo hace. El caso de Melinda también llama la atención, sobre todo porque esa joven aún no sabe que la patria se lleva en todo el cuerpo sin que uno lo sepa. Con gran acierto, el novelista mueve sus piezas bajo una lluvia tenaz que condiciona las circunstancias de cada hora. La sede es el recién inaugurado teatro Ángela Peralta, que es hermoso como un atardecer mazatleco. El gobernador está presente, lo mismo que propietarios de los medios y empresarios. ¿Saben quién es parte del jurado? ¡Cantinflas! Que reparte sonrisas mientras el Tiburón de Escuinapa trata de ubicar a la güera que desea pasear en su helicóptero.
Algo que casi pasa inadvertido es un atentado contra el gobernador. Un suceso que lo mantiene nervioso en su butaca, aunque no puede marcharse hasta que se sepa quién es Miss Universo 1978. En algún momento la tormenta amaina y cada personaje detecta lo difícil que es escapar de la navaja. Vicente Alfonso nos ha entregado una poderosa ficción donde algunos momentos históricos se cuelan como la muerte, sin pedir permiso. Una virtud de esta novela es que el final bien pudiera ser el principio; como dice Vicente que curiosamente es como decía mi abuelo, "nunca hay que despedirse". Salud.
« Elmer Mendoza »