Realiza Venezuela comicios legislativos y regionales

Con escasa afluencia en los centros de votación, Venezuela celebró el domingo elecciones legislativas y de gobernadores marcadas por un ambiente de tensión política e incertidumbre ciudadana.

Las elecciones se llevaron a cabo en un contexto de desconfianza hacia el sistema electoral y con el antecedente reciente de la reelección de Nicolás Maduro, un proceso ampliamente cuestionado tanto dentro como fuera del país.

Por lo que la oposición venezolana, encabezada por varios de sus líderes más visibles, llamó a la ciudadanía a no participar en los comicios, denunciando falta de garantías democráticas y acusando al gobierno de utilizar el aparato estatal para favorecer a sus candidatos.

A lo largo de la jornada, medios independientes y observadores denunciaron que en muchos centros de votación se observaban filas vacías y mesas con escasa actividad.

Mientras tanto, autoridades del Consejo Nacional Electoral insistieron en que el proceso se desarrollaba con normalidad y aseguraron que la jornada era una "fiesta democrática".

El clima electoral se vio aún más empañado por una nueva ofensiva del gobierno en contra de críticos y activistas, lo que resultó en el arresto de al menos 70 personas en los días previos a la votación.

Organizaciones de derechos humanos condenaron estas detenciones, señalando que se trató de una estrategia de intimidación contra sectores que cuestionan al oficialismo.

Por su parte, el oficialismo, representado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), buscó legitimar los comicios como un paso hacia la consolidación de la "democracia participativa y protagónica".

Nicolás Maduro aseguró que el proceso era "una muestra de civismo" e instó a la población a ejercer su derecho al voto.

Sin embargo, analistas internacionales advirtieron que la legitimidad de estos comicios seguirá siendo cuestionada por gran parte de la comunidad internacional, especialmente por aquellos países que no reconocen la autoridad de Maduro tras su reelección en 2018, considerada irregular por varios organismos multilaterales.

En este contexto, Venezuela continúa enfrentando una profunda crisis política, económica y social, que se refleja en la desafección ciudadana, la polarización del país y la falta de consensos mínimos para reconstruir la institucionalidad democrática.