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Autores demandan a Apple por entrenar IA con libros pirateados

Autores demandan a Apple por entrenar IA con libros pirateados
Los demandantes sostienen que Apple se benefició directamente de su trabajo

Publicación:09-09-2025
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La carrera por el dominio de la inteligencia artificial avanza a un ritmo tan acelerado que a menudo deja tras de sí un rastro de polémicas.

 

 En los últimos meses, varias compañías con intereses en este campo han sido señaladas en los tribunales por entrenar sus modelos con material protegido por derechos de autor, desde libros hasta artículos periodísticos. Ahora, es Apple quien entra en el punto de mira: dos autores la acusan de haber usado sus obras, supuestamente obtenidas de bibliotecas piratas, para dar forma a las funciones de su sistema de inteligencia artificial.

La demanda ha sido presentada por los escritores Grady Hendrix y Jennifer Roberson en un tribunal federal de California. Según su acusación, la empresa utilizó sus obras para entrenar los modelos subyacentes de Apple Intelligence, la plataforma de IA que alimenta funciones avanzadas en los dispositivos de la compañía, sin haber solicitado permiso ni ofrecer compensación económica. Alegan que sus libros fueron copiados e incorporados en datasets sin que mediara licencia alguna.

Uno de los puntos centrales del caso es la presunta inclusión de material del conjunto conocido como Books3, una base de datos que recopila cientos de miles de obras digitalizadas de manera no oficial en las llamadas shadow libraries. Según la denuncia, Apple habría recurrido a estos recursos para entrenar modelos como OpenELM y otras capas de su estrategia de inteligencia artificial, lo que colocaría a la compañía en la misma posición que otros gigantes tecnológicos cuestionados por entrenar sus modelos con materiales sin contar con autorización de los propietarios de los mismos.

Los demandantes sostienen que Apple se benefició directamente de su trabajo, presentando como innovación lo que en realidad se apoyaba en material protegido. Afirman haber sufrido un perjuicio económico y reclaman compensaciones por los daños derivados de la explotación indebida de su propiedad intelectual. La demanda también solicita que el caso se amplíe como acción colectiva, lo que podría abrir la puerta a que otros autores se sumen con reclamos similares.

Este movimiento legal coloca a Apple dentro de un debate más amplio que ya afecta a empresas como OpenAI, Meta o Anthropic, todas ellas cuestionadas por la opacidad de sus procesos de entrenamiento y el uso de contenidos protegidos sin autorización. El argumento central de la industria suele apoyarse en el "fair use", o uso justo, pero la interpretación de esta doctrina en el contexto del entrenamiento de IA sigue siendo un terreno jurídico incierto.

Las consecuencias de este caso podrían ser significativas. Si prospera, no solo afectaría a Apple, sino que podría sentar precedentes para todo el sector, obligando a establecer mecanismos de licencia o compensación a los creadores cuyos trabajos terminan en datasets de entrenamiento. También pondría sobre la mesa la necesidad de mayor transparencia en torno a qué datos se utilizan realmente en la construcción de estos modelos.

Lo que más me llama la atención es cómo la búsqueda frenética de liderazgo en la inteligencia artificial está destapando grietas en la relación entre las grandes tecnológicas y los creadores de contenidos. Apple, tradicionalmente vista como una empresa celosa de sus valores de privacidad y control, no queda al margen de estas acusaciones. Y me pregunto si no estamos ante un momento de inflexión: uno en el que la innovación tecnológica deberá aprender a convivir con una ética más clara respecto al origen de los datos que la sustentan.

 



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