Con fundamento en la Constitución Política del Estado de Nuevo León, en la Ley Orgánica de la Administración Pública y en la Ley de Cambio Climático, desde el pasado miércoles 17 de julio el Gobernador Samuel García Sepúlveda ordenó publicar en el Periódico Oficial del Estado, el Acuerdo mediante el cual se expide el Programa Estatal de Cambio Climático (PECC).

    El PECC se publica por el derecho de todas y de todos los nuevoleoneses a vivir en un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar, así como por el deber de conservarlo, ya que el Estado debe garantizar este derecho-deber y fincar responsabilidades contra quienes provoquen daño y deterioro ambiental.

    Constitucionalmente el Estado tiene la obligación de proteger el medio ambiente, así como preservar y restaurar el equilibrio ecológico con el objetivo de satisfacer las necesidades ambientales para el desarrollo sustentable de las generaciones presentes y futuras.

    La conservación de los recursos naturales (agua, aire, tierra, flora y fauna), son objetivos de orden superior en Nuevo León, precisamente para no comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones porvenir.

    El PECC debe difundirse profusamente y recibir los recursos humanos y presupuestales suficientes. Sólo así el Gobierno del Estado demostrará estar consciente de que la crisis climática es un problema global, la cual representa una amenaza apremiante con efectos irreversibles para la sociedad.

    Las acciones urgentes que se proponen mediante el PECC, las orillan la creciente contaminación, la deficiente gestión de residuos, la escasez del agua y el consumo irresponsable de recursos de los ecosistemas y la biodiversidad, así como la falta de una política de vivienda que garantice este derecho.

    Todas las anteriores situaciones se han agravado además por la ubicación geográfica, la topografía y la red hidrológica, ya que Nuevo León está particularmente expuesto a grandes riesgos por eventos hidrológicos y meteorológicos extremos, como sequías, las de calor, lluvias huracanadas, inundaciones y heladas, entre otros fenómenos.

    De acuerdo con el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero por la actividad humana, son responsables del incremento de aproximadamente 1.1 grados Celsius en la temperatura promedio del planeta desde el inicio de la actividad industrial.

    Al respecto, Nuevo León contribuye con el 10.4% de las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero a nivel nacional, debido a su economía basada fuertemente en el desarrollo industrial, comercial y turístico.

    A nivel estatal el sector energético es el mayor emisor de dióxido de carbono (44.3 millones de toneladas), de las cuales el 94.8% se generan en la Metrópoli. Cabe señalar que la generación de electricidad emite el 32%, el uso de combustibles fósiles y procesos productivos el 26%, la combustión estacionaria de fósiles en industria, comercio y hogares el 22%, el transporte el 8.0%, los procesos industriales y el uso de productos el 6.0%, los residuos el 4% y las emisiones fugitivas de industrias de combustibles fósiles el 2%, cuando los bosques del Estado apenas capturan el 3.2% de las emisiones.

    Para mitigar los gases y compuestos de efecto invernadero que causan el calentamiento global y son la mayor amenaza para la sociedad, en el PECC se proponen 26 estrategias y 141 líneas de acción en los siguientes ocho ejes:    

    1.- Seguridad hídrica en un clima cambiante.

    2.- Sistema de movilidad accesible, limpio y de bajas emisiones.

    3.- Sistema urbano resiliente y edificaciones sostenibles.

    4.- Industria productiva y baja en emisiones.

    5.- Residuos, economía circular y cultura climática.

    6.- Un sistema natural resiliente, habilitador de la neutralidad.

    7.- Transición a un sistema energético limpio y seguro y,

    8.- Habilitar la implementación y monitoreo del PECC.

    Cada uno de los ocho ejes contiene las líneas de acción y estrategias, así como los indicadores y metas para mitigar las causas del cambio climático y preparar a los habitantes de Nuevo León a los impactos de un clima cambiante y, sobre todo, para cumplir el Acuerdo de París de limitar el incremento de la temperatura media mundial muy por debajo de los 2 grados Celsius.