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Aumentan pérdidas por huachicol pese a baja en tomas clandestinas

Aumentan pérdidas por huachicol pese a baja en tomas clandestinas
Pemex enfrenta riesgos constantes por actividades criminales que buscan robar, desviar o manipular petróleo.

Publicación:08-07-2025
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Aunque Pemex reporta una disminución del 28% en tomas clandestinas en ductos, las pérdidas por robo de combustibles aumentaron 13%

Aunque Pemex reporta una disminución del 28% en tomas clandestinas en ductos, las pérdidas por robo de combustibles aumentaron 13% en el primer bimestre de 2025, sumando 3 mil 347 millones de pesos. 

Esto equivale a casi 57 millones diarios en pérdidas no operativas. 

A pesar de operativos y aseguramientos recientes, el robo de hidrocarburos sigue creciendo debido a redes delictivas cada vez más especializadas y presunta corrupción interna en la empresa. 

Expertos advierten que el problema requiere un combate interinstitucional más firme, ya que el mercado ilícito representa hasta un tercio del combustible distribuido en el país.

La administración actual ha reconocido el problema e implementado acciones como el decomiso de buques, vehículos y una refinería clandestina, además de la detención de presuntos implicados. 

Sin embargo, estas medidas aún son vistas como aisladas y sin un enfoque sistemático. 

Según especialistas, es necesaria una estrategia que también abarque aduanas, puertos, ferrocarriles y otras rutas clave utilizadas por el crimen organizado.

De acuerdo con la consultora Susana Cazorla, existen indicios de filtraciones internas en Pemex que facilitan el robo al proporcionar información operativa a las bandas delictivas. Incluso hay reportes de empleados que han tenido que renunciar tras denunciar irregularidades. 

La falta de un verdadero Estado de derecho y sanciones penales contribuye a la permanencia del problema.

Además, Pemex ha admitido ante autoridades estadounidenses que algunos de sus empleados podrían estar involucrados en estas redes criminales. 

El problema no sólo afecta sus finanzas, sino que pone en riesgo la cadena de valor energética del país. 

A esto se suma la creciente deuda de la empresa y la presión internacional, pues incluso el Departamento del Tesoro de EE.UU. ha identificado al huachicol como una de las principales fuentes de financiamiento de los cárteles mexicanos.

El contraste entre la narrativa oficial del sexenio pasado y la actual también pone en evidencia la dimensión del problema. Mientras antes se aseguraba que el huachicol había disminuido 95%, ahora hay un reconocimiento más claro de su persistencia. Sin embargo, ese reconocimiento aún no se traduce en una reducción efectiva del daño económico ni en una estrategia integral para frenar el delito.

Por otro lado, empresarios del sector energético señalan que el huachicol también distorsiona los precios del mercado legal, genera competencia desleal y perjudica a distribuidores formales. La Onexpo ha alertado que el combustible ilegal fluye incluso por estaciones de servicio, lo que refleja un nivel de penetración alarmante en la red comercial del país.

 



« El Universal »