Opinión Editorial
Retos
Publicación:29-12-2025
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En "El banquete", Platón nos recuerda que las grandes ideas nacen del encuentro.
En "El banquete", Platón nos recuerda que las grandes ideas nacen del encuentro. Aquella reunión giró en torno al amor, entendido este como una fuerza que impulsa a la comunidad a dar lo mejor de sí. Esa lección ha permeado el devenir de los siglos hasta cobrar un sentido particular: las sociedades avanzan cuando el debate público se convierte en una construcción colectiva.
El diálogo, en la visión platónica, no es un simple intercambio de palabras, es un ejercicio de escucha en el que cada voz importa porque aporta una perspectiva distinta. Así se edifica lo común; no desde la imposición, sino desde la suma. En política, esta idea resulta fundamental cuando el reto no es solo decidir, es hacerlo con liderazgo y, sobre todo, con legitimidad social.
En "El banquete", el amor también aparece como una fuerza que eleva al ser humano hacia lo más noble. Trasladado al terreno público, ese amor se expresa como voluntad de anteponer el interés colectivo sobre la conveniencia individual. Si el diálogo político se inspira en esta idea de unión, los retos que vienen se verán como oportunidades para construir un país más fuerte y más justo.
Con ese espíritu se vislumbra 2026. No se trata de un año cualquiera, será el segundo del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y un periodo de grandes definiciones. Ya no se trata de arrancar, sino de consolidar. Los retos están bastante claros y su manejo marcará el rumbo de México en el mediano y largo plazo.
Uno de los desafíos será cerrar la revisión del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá. La renegociación no es un trámite técnico ni una nota al pie de la agenda económica. De ella dependen reglas clave para la integración productiva, la certidumbre de la inversión y el aprovechamiento pleno del fenómeno del nearshoring.
Habrá una oportunidad única para fortalecer la posición de México como socio estratégico en América del Norte. El liderazgo y la serenidad de la presidenta Sheinbaum ante la postura de su homólogo estadounidense será determinante para lograr un acuerdo que respete nuestra soberanía e impulse el crecimiento.
Otro reto es la inversión pública. El Gobierno de México ha dejado claro que 2026 será el año del mayor esfuerzo inversor en décadas. Infraestructura, transporte, energía, vivienda y obra social. Apostar por un Estado activo en la economía es una respuesta a un contexto global cambiante. Pero esta apuesta va a exigir resultados. El pueblo de México espera obras que se vean, que funcionen y que mejoren la vida cotidiana.
Este impulso económico se conecta con un fenómeno central del México actual: el fortalecimiento de la clase media. Según el Inegi, más del 42 por ciento de los hogares mexicanos ya forman parte de este segmento, con ingresos que les permiten acceder a vivienda segura, ahorro y consumo estable. El Banco Mundial reconoció como histórico este avance, resultado de políticas que consolidaron los derechos sociales.
Millones de hogares han mejorado sus ingresos, su acceso a servicios y su capacidad de ahorro. Esto no solo dinamiza el mercado interno, también transforma la cultura política. Para planear el futuro, una clase media más amplia demanda instituciones sólidas, servicios públicos de calidad y un entorno seguro. Es una ciudadanía más exigente, y eso es una buena noticia para la democracia.
Aquí aparece otro reto: continuar con la pacificación del país. La continuidad de la estrategia de seguridad, el fortalecimiento de la Guardia Nacional, la inteligencia y la coordinación con estados y municipios son pasos indispensables.
A estos desafíos se suma la consolidación del sistema de salud y de la educación pública. En ese horizonte, la inversión social no es gasto, es justicia. Nada de esto puede entenderse por separado. Comercio, inversión, seguridad, salud y educación forman un mismo entramado. Por eso, el 2026 será un año de decisiones firmes.
La presidenta ha mostrado, en todo momento, liderazgo, claridad de rumbo y capacidad para convocar. Desde el Congreso, quienes formamos parte de la Cuarta Transformación, estaremos a la altura, acompañándola, respaldándola y, cuando sea necesario, enriqueciendo las propuestas en beneficio del pueblo de México.
Como en el diálogo platónico, el reto es escuchar, debatir y construir. El 2026 nos exige madurez política y compromiso social. Que este año nuevo sea, para México, un tiempo de acuerdos, resultados y esperanza renovada.
A las y los lectores de este espacio, mi deseo sincero de que el 2026 traiga salud, paz y bienestar para sus familias, y que juntas y juntos sigamos construyendo el país que merecemos. Feliz año nuevo.
ricardomonreala@yahoo.com.mx
X: @RicardoMonrealA
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