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Enferma vivir con el muerto; deja ir el dolor...

Enferma vivir con el muerto; deja ir el dolor...


Publicación:31-10-2025
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Asegura que tener en casa a nuestros difuntos nos hace creer que la persona sigue ahí, y eso no es cierto.

CIUDAD DE MÉXICO.- Vivir con el difunto en casa es peligroso y no por el susto o los mitos que pueden surgir en torno a su presencia, sino porque psicológicamente es malo y te puede llevar a crear una realidad alterna, depresión o ansiedad sin que te des cuenta.
La tanatóloga Pupe Ruiz de Chávez, coach de vida y conferencista, asegura que el tener los restos de un ser querido en casa "se convierte en enfermedad cuando la mente asocia cosas que no existen y no se lleva un proceso de duelo (el cual) no debemos ver como una enfermedad, sino algo que debemos llevar, pero muchas veces creemos que es una enfermedad, y eso es incorrecto".
Asegura que tener en casa a nuestros difuntos nos hace creer que la persona sigue ahí, y eso no es cierto, sólo están sus restos en ese lugar, y hablamos diario con ellos.
"Creemos que está ahí y eso ya es una enfermedad, es muy delicado tenerlos en casa y no por la creencia religiosa de llevarlos al camposanto o al cementerio, pero tenerlos ahí significa que siempre puede haber un dialogo con esa persona y ya no está ahí, no es sano".
DESPRENDERSE. La razón por la que la gente decide quedarse con los restos es porque no quieren dejarlos ir, no se atreven a que se vayan, explica la tanatóloga.
"La gente lo hace porque no quiere desprenderse de ese ser querido, pero ahí viene otro problema, porque cuando los llevamos a otro lugar, entonces habrá otro duelo con el que tarde o temprano tendrán que enfrentarse", señaló Ruiz.
Recuerda que alguna vez tuvo a una paciente que incluso le ponía bufanda a la urna cuando hacia frío y lentes cuando tenía calor, lo que es una muestra de la falta de realidad a la que se exponen esas personas que conviven con los restos.
"Yo les digo que eso que está ahí ya no es él, su familiar era más que cenizas, ya no está su esencia ahí. Nuestra mente empieza a fantasear que está su presencia, y dejan de darse cuenta que lo único que hay ahí son cenizas; sientes su presencia y ahí generas una esencia súper catastrófica para tu cerebro, al creer que sigue ahí y no está muerta".
Pero tarde o temprano aparece el despertar, "que es cuando llega alguien, un familiar o pariente, que se da cuenta de lo que vives y te pide dejes de hacerlo, y entonces vienen situaciones de depresión y ansiedad severos que tendrán que resolverse con terapia de tanatología y más", explicó.
Logra el desapego de quien ya se fue
Para dejar ir a esa persona amada que se nos adelantó en el camino no hay una fórmula o pasos a seguir, pues depende mucho de la situación que vive la persona que tiene los restos en casa.
"Una de las mejores herramientas para lograr el desapego a los restos de esa persona es (reconocer) la trascendencia del ser, cada persona te duele de manera distinta y lo vives de diferentes formas", explica la tanatóloga Pupe Ruiz.
"No existe un manual de pasos a seguir para sanar la pérdida de alguien y permitir que se vayan a donde tu credo menciona que deben partir después de fallecer", señala.
Pero "se puede trabajar con aromas, texturas, hablar de lo que te enseñó, cómo te acompañó a lo largo de su vida y reconocer su trascendencia durante el tiempo que convivieron juntos", explica la especialista en duelos.
Pero no hay una guía, "en algún momento se habló de cinco pasos a seguir en el duelo, la aceptación, el enojo, etcétera, pero eso ya quedó atrás; el duelo se transforma, se vive de manera distinta, hablar de pasos es feo desde el existencialismo del ser porque cada paciente funciona diferente", culminó.


« El Universal »