Nacional Ciudad de México
Disfrutan maternidad tras las rejas de prisión

Publicación:11-05-2025
TEMA: #Maternidad
Aunque viven con incertidumbre, su vínculo con los hijos les permite mantener viva la esperanza.
Desde hace dos años, Silvia se convirtió en madre, sin embargo, no fue en las condiciones que ella deseaba, ya que una mala decisión o una mala jugada de la vida la llevó a estar tras las rejas desde hace siete años.
Sin embargo, su situación no la ha frenado para mostrar a su única hija que, más allá de los muros del penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez, están muchas oportunidades que la llevarán a triunfar, ya que la menor de dos años sueña con ser doctora.
"Para mí, es lo más bonito que me ha pasado; esperanza y una motivación para luchar por mi salida", expresó Silvia.
La joven madre todos los días trata de que la menor tenga actividades como cualquier niño o niña del exterior; evita utilizar palabras como celda y la sustituye por el cuarto, para evitar que cuando la niña tenga que dejar el penal pueda llevar una vida normal, y es que la única intención de Silvia es proteger a su hija como lo haría cualquier madre.
"Fue sorprendente la llegada de mi bebé, pero no ha sido complicado, yo creo que al contrario, me ha hecho que sea no tan difícil estar en la cárcel, es una gran oportunidad porque tenemos, aunque sea por un tiempo, verlos crecer", detalló con ilusión la madre.
Todos los días, las cuatro internas que actualmente tienen a sus hijos dentro de dicho penal, disfrutan su día a día, que comienza temprano ya que sus pequeños suelen darles los buenos días con una sonrisa, un piquete de ojos o llantos; momentos que agradecen, pues saben que una vez que cumplan los tres años, tendrán que desprenderse de ellos.
"Yo me despierto antes, cuando no me despierto me empieza a picar los ojos; ya me despierto, nos levantamos, desayunamos, a veces nos bañamos juntas, casi todo el día estamos en la bebeteca, porque es el único lugar didáctico", refirió Silvia sobre su vida cotidiana. Berenice es otra de las internas que disfruta de la compañía de su hija de tan solo un año, tiempo suficiente para olvidar los 11 años que ha pasado en la cárcel.
"La verdad el ser mamá ha sido lo más hermoso que me ha pasado en la vida, y es que Dios es perfecto porque acababa de perder a mis padres cuando me entero de que quedo embarazada de mi primer bebé, que actualmente tiene tres años, y ella es la segunda", relató.
Para Berenice, ser mamá de dos pequeños que pasaron un tiempo al interior del penal fue una bendición, ya que los médicos le dijeron que no podría ser madre.
"Sí pensaba en todo el tiempo que me falta por salir, yo decía ´quiero ser mamá´, y aún cuando estamos aquí pues veía el apoyo que nos brindan por parte de las áreas y eso me animó", contó.
Ambas mujeres coinciden en que el lugar no define si puedes ser madre o no, pues el momento de sentir a sus bebés entre sus brazos hace que solo quieran una vida mejor.
Aunque viven con incertidumbre, su vínculo con los hijos les permite mantener viva la esperanza.
Saben que el reloj avanza y que pronto deberán separarse de ellos, pero también tienen claro que el amor que les han brindado dentro del penal será una semilla que florezca fuera de los muros.
La experiencia de la maternidad dentro de prisión no borra sus penas ni sus sentencias, pero les otorga un nuevo propósito. Silvia y Berenice luchan cada día por ofrecerles a sus hijas una infancia digna, aún entre rejas, y por convertirse en mujeres distintas cuando llegue el momento de recuperar su libertad.
« El Universal »