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Opinión Editorial


Resistencia


Publicación:11-08-2025
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América Latina es la región de las venas abiertas.

América Latina es la región de las venas abiertas, tal y como escribió Eduardo Galeano, señalando con ello que, desde que fue descubierta hasta la actualidad, todo (tierra, frutos y riqueza mineral, habitantes y su capacidad de trabajo y de consumo, recursos naturales y humanos) se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, estadounidense.

Es así como el fantasma del intervencionismo vuelve a aparecer, justo ahora, cuando vivimos una de las etapas más intensas en la historia de las relaciones entre México y su vecino del norte, los Estados Unidos (EU), ya que Donald Trump firmó una orden que, presuntamente, autoriza al Pentágono a usar la fuerza militar contra cárteles de la droga en el extranjero, incluyendo nuestro país.

No causa extrañeza que algunas voces polkistas y neopolkistas, dentro y fuera de México, acogieran con beneplácito la medida, ignorando así la historia de injerencia que marcó a nuestra región.

Estamos hablando de una historia asimétrica, porque, en nuestro caso, se trata de la relación entre una de las potencias mundiales y una nación como México, que busca consolidarse como economía emergente sin perder su soberanía, independencia e identidad nacional.

Hoy, México vive un momento de definición. Eso significa que tenemos la obligación, como país y por una política exterior de Estado —mandatada por la Constitución—, de coordinarnos, no de subordinarnos; de cooperar, no de arrodillarnos; de colaborar en la solución de los problemas comunes, no de someternos a ningún dictado que implique sumisión, daño a la integridad o afrenta a la dignidad nacional.

Ante la andanada de declaraciones sobre una eventual intervención estadounidense en nuestro territorio, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió con firmeza y claridad: no habrá injerencia extranjera; cooperaremos y colaboraremos, pero bajo la premisa de que nuestra soberanía no es negociable.

La relación bilateral se mueve en un delicado equilibrio, en el que tres temas acaparan la atención y la tensión: comercio, migración y tráfico de drogas. En lo comercial, existe un punto de acuerdo claro, a la espera de la próxima revisión del T-MEC. Asimismo, los flujos migratorios irregulares alcanzaron mínimos históricos desde la década de 1960.

Sin embargo, el tema del fentanilo sigue siendo la espina punzante de esta relación, permeando a la diplomacia y la política. Algunas voces, las que añoran los tiempos en que México era un apéndice de las potencias extranjeras, señalan que la postura de la mandataria es un portazo a la colaboración contra el crimen organizado.

Nada más lejos de la verdad: desde el inicio de la Cuarta Transformación, se ha combatido a los grupos criminales con una estrategia basada en la inteligencia, la coordinación y, sobre todo, la atención a las causas profundas.

La mera insinuación de una intervención militar en México lastima a millones de mexicanas, mexicanos y estadounidenses que nos respetan y aprecian. De concretarse, abriría una herida que la diplomacia, el comercio y la política de buena vecindad han intentado sanar por más de 180 años.

Lo más lamentable es que los polkos de antaño, que aplaudieron la invasión de 1846, tienen hoy a sus herederos en activo. Pero, al igual que sus predecesores, recibirán el desprecio popular que se ganan los traidores a la patria.

La postura de la Presidenta no rechaza el diálogo o la cooperación, pero abraza la soberanía, la dignidad y la autodeterminación. Es la convicción de que nuestros problemas se resuelven con nuestras propias leyes e instituciones.

La Jefa del Estado mexicano retoma los ideales que guiaron a Atahualpa y ha respondido con dignidad, con respeto y firmeza. Además, cuenta con el respaldo del pueblo y con la unidad de toda una nación.

A nuestros vecinos del norte podemos decirles que somos aliados en su lucha por recuperar la grandeza, prosperidad y seguridad de su país. A los opositores podemos decirles que les conviene más una nación íntegra y unida, que un llano en llamas.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X: @RicardoMonrealA

 



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