Opinión Editorial
´Un Mundo sin Residuos Plásticos´
Publicación:02-06-2025
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El 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, nos recuerda que el cuidado de la Tierra es una responsabilidad compartida que exige acciones inmediatas.
cada 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, todas y todos quienes vivimos en el Planeta Tierra necesitamos hacer conciencia y ser partícipes, sobre todo, en las tareas de cuidarlo no sólo como nuestra casa, sino como nuestra madre y trabajar por que la utopía de dejar un Mundo limpio para nuestras hijas e hijos y las próximas generaciones sea una realidad.
En cada sociedad de cualquier país necesitamos acciones urgentes y efectivas para el abordaje de los problemas apremiantes del medio ambiente, pues se trata de un objetivo de orden superior para poder vivir una vida sostenible en armonía con la naturaleza.
Desde 1998, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) diagnosticó que el tiempo se acaba y la naturaleza se encuentra en situación de emergencia. Ese mismo año lanzó la alerta mundial para mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 Celsius este Siglo XXI.
¡El reto ambiental es reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para el año 2030!
Si los gobiernos y las sociedades del mundo no actuamos ya, la exposición al aire contaminado aumentará en un 50 por ciento en esta década, mientras que los desechos plásticos que fluyen hacia los ecosistemas acuáticos podrían triplicarse para el año 2040.
Este 2025, la ONU Medio Ambiente acordó alzar fuerte la voz ante la creciente evidencia científica sobre los efectos de la contaminación plástica y convocó a toda la población a transformar la relación con el plástico, ya sea para rechazarlo, reducirlo, reutilizarlo, reciclarlo y, sobre todo, a repensarlo para construir un presente y futuro más limpio y sostenible.
Cada año, según el PNUMA, la industria petroquímica produce más de 400 millones de toneladas de plástico a nivel mundial, cantidad suficiente para llenar más de un millón de camiones de basura grandes, por lo cual urge frenar esta crisis ambiental que desbordaría a ciudades y océanos.
Se estima que la mitad de esos 400 millones de toneladas se concibe para una vida útil de un solo uso, ya que menos del 10 por ciento se recicla y once millones de desechos plásticos terminan en lagos, ríos y mares.
Lo grave son los micro-plásticos (partículas cuyo diámetro es inferior a 5 milímetros) que penetran los alimentos, el agua e, incluso, el aire, por lo cual cada persona ingerimos más de 50 mil micro partículas de plástico cada año y mucho más si se toma en cuenta las partículas inhaladas.
Lamentablemente los plásticos de un solo uso, que están prohibidos en nuestro Estado, pero que resultan desechados y quemados, perjudican la salud humana, la biodiversidad y contaminan todo tipo de ecosistemas, desde picos de montaña hasta el lecho marino.
Para resolver esta crisis, es necesario que los sectores público, privado y civil acuerden un tratado global y lleven cabo acciones de acopio y reciclaje en todos los rincones del mundo. En Nuevo León es posible hacer frente a este problema de contaminación si se aprovechan avances científicos y soluciones alternas existentes, donde la corresponsabilidad de compañías refresqueras trasnacionales es determinante.
Para ello, resulta fundamental que el Programa de Recuperación y Aprovechamiento de Residuos de Manejo Especial de la Secretaría de Medio Ambiente del Estado, se coordine con la embotelladora regiomontana Arca Continental y otros embotelladores de bebidas para fortalecer la capacidad de reciclaje a través de su empresa PetStar, considerada como la organización dedicada al acopio y reciclaje de PET más grande del Continente.
Si la industria refresquera busca cambios drásticos en la gestión de residuos y pasar de 8 a 43 centros de acopio en todo el país para el 2027, con el fin de recuperar el equivalente al total de las botellas plásticas que coloca en el mercado y así cumplir su meta de ´Un Mundo sin Residuos Plásticos´, el Gobierno del Estado debe hacer lo propio para cumplir con la educación ambiental desde la primera infancia, la promoción de las energías limpias, el uso responsable del agua potable y la protección de las áreas naturales.
Cuidar el medio ambiente es una corresponsabilidad ineludible y la tarea empieza con separar envases de plástico en el hogar para su acopio y reciclaje.
« Lupita Rodríguez Martínez »
