Opinión Editorial


¿Qué nos duele?


Publicación:03-11-2025
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A usted, como mexicano, ¿le duele algo? Algunos sitios consultados al azar en la web señalan que el más frecuente de los padecimientos de un mexicano.

A usted, como mexicano, ¿le duele algo? Algunos sitios consultados al azar en la web señalan que el más frecuente de los padecimientos de un mexicano, es el dolor de cabeza, el cual, invariablemente, está asociado con muy diferentes cuadros, especialmente el estrés ¿y quién no? No obstante, seamos realistas, ni la jaqueca ni el estrés son exclusivos de los mexicanos.

Cuando lancé la pregunta a la red ¿qué le duele a un mexicano? Una de las respuestas fue: esto es lo que hace "enojar" a un mexicano (que conste que yo no utilicé la palabra enojar; el algoritmo hizo lo suyo; fue entonces cuando reflexioné si la Inteligencia Artificial es o no, tan inteligente como dicen que es).

Entre las cosas que se supone que nos hacen enojar destacan los estereotipos que en otros países se hacen de nosotros o que nos pregunten si hablamos "mexicano"; perder un juego, especialmente en soccer, las ofensas a nuestra progenitora, o que nos digan nuestras verdades. Hasta ahora las respuestas mentiras no son, así que debo re encuadrar mi juicio sobre la IA.

Y sí, leyendo aquí y allá me encuentro con todas esas cosas que nos hacen enojar, algunas incluso muy cotidianas, como que el operador del camión diga a los usuarios que atrás de la unidad hay espacio, que se desplacen, aunque en realidad ya no quepa un alfiler; o que el camión se arranque cuando apenas se tiene un pie arriba; o que al comer te den la tortilla de arriba o la tapa del pan.

No obstante, yo me quiero referir a la última de las opciones encontradas en las listas de respuestas: a un mexicano (o a muchos), nos duele la inseguridad.

A este tipo de "dolencias" es a la que quería llegar. No quiero minimizar el trabajo que las corporaciones de seguridad realizan para mejorar la percepción de cómo nos sentimos donde vivimos, que usted o yo transitemos tranquilamente por las calles y que lleguemos a nuestro destino sanos y salvos.

Desgraciadamente seguimos encontrándonos con agresiones de género, con ataques y con cobros de piso.

Hace un par de días al alcalde independiente de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, fue abatido durante un evento por el Día de Muertos. Lo que ha trascendido es que el edil había hecho manifestaciones públicas en torno a la inseguridad y que había pedido el apoyo de la autoridad federal.

Hace unas semanas, también en Michoacán, en Tierra Caliente, perdió la vida el líder de agricultores y productores de limón, Bernardo Bravo.

Los transportistas de carga han hecho mil y un pronunciamientos para pedir seguridad en el desplazamiento de productos por las carreteras del país, pero nada.

Sé que puedo hacer más amplia la lista, pero para muestra es más que adecuada la ejemplificación. Michoacán es un polvorín donde ni se deja producir, ni vender; casi diría que ni tocar o los limones o los aguacates, dada la gran cantidad de grupos criminales que se disputan la plaza sin importar el trabajo de gente sencilla que vive de esta actividad.

Claro que molesta que "los gringos" ganen a los mexicanos en balompié; o que la gente ignore decir "por favor" y "gracias", pero nada de esto se compara cuando vemos, leemos o escuchamos de muertes que se pudieron haber evitado.

La verdadera reflexión es ¿qué nos sigue faltando para mejorar la seguridad en nuestro amado país? ¿podemos ser los ciudadanos de a pie parte de la solución para alcanzar la paz?



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