Opinión Editorial
¿Hay lugar para el ocio?
Publicación:21-05-2025
++--
En estos tiempos, el ocio pareciera no sólo ser un placer, la mayoría de las veces de tipo culposo
La libertad de elección que se nos impone es falsa, y se torna en realidad, la mismísima forma de nuestra servidumbre.
Slavoj Zizek
En estos tiempos, el ocio pareciera no sólo ser un placer —la mayoría de las veces de tipo culposo, ya que ciertas personas cuando se entregan al arte de hacer nada se sienten que no están siendo productivas, que están perdiendo el tiempo —sino un lujo exquisito, algo imposible de alcanzar.
Así como Sigmund Freud, en su tiempo, anticipó un tipo de censura diferente respecto al psicoanálisis, ya no caracterizada por su franca prohibición y quema de libros, como sucedió durante el nazismo, sino basada en una aparente y abierta aceptación de todos sus postulados, pero, al mismo tiempo, declarándolo como algo ya superado, acontece con la libertad: se considera como libertad algo que en realidad no lo es, sino una forma de esclavitud disfrazada de autosuperación y reinvención permanente; se cree que una persona es libre de hacer y decidir lo que quiera, pero, en un contexto social donde vienen a menos las responsabilidades de los Estados y empresas como agentes que, precisamente porque tienen acceso a las decisiones macro que nos involucran a todos, pueden posibilitar o precarizar las opciones de vida de las personas individuales, las mismas a las que hay que señalar como culpables ante los grandes problemas que generaron otros.
En ese sentido se lanza el mensaje: todos ustedes son libres de hacer y deshacer, pueden elegir dónde, cuándo y en qué trabajar, dónde invertir su dinero, dónde atender su salud, dónde vivir, en sí, dónde comprar todo lo que necesiten sin ataduras ni compromisos de ninguna clase. Recordemos que este mismo contexto es el que criminaliza a los ciudadanos de los asuntos que son responsabilidad en su mayoría del Estado y las empresas. Se plantea, por ejemplo, que la contaminación es el resultado de los coches de los ciudadanos, que los sistemas de pensiones y jubilaciones no se dan abasto, cuando en realidad han sido los trabadores quienes han ahorrado toda su vida y quienes en realidad han hecho un muy mal manejo de esos ahorros, rayando en el crimen, son los gobiernos en complicidad de banqueros, que la contaminación se debe en su mayoría a la deforestación permitida por gobiernos y empresas constructoras, por el número de fabricas a las que se le otorga permisos para operar.
Lo mismo sucede con la privatización de los recursos naturales de un país: se culpa a quienes no pueden pagar altas cuotas de electricidad o gas porque no generan el ingreso equivalente a trabajar 36 horas diarias, cuando quienes han liberado los precios sin regulación alguna han sido, una vez más, gobiernos y empresarios sin escrúpulos, bajo la premisa que sólo cuando se privatizan los recursos se puede alcanzar la eficiencia energética y tecnológica de una nación.
Por supuesto existe toda una forma sistemática de estrategias para que las personas se sientan menos, de menor importancia y valor, si no generan, tienen, compran y gozan según las pautas que impone el mercado.
Ante este contexto, qué se puede hacer. Por un lado, las posibilidades de reinvención parecieran ilimitadas, si la persona no avanza y no sale adelante es su culpa y problemática, quizás está procrastinando demasiado, quizás debe cambiar su mentalidad, inscribirse a algún curso de emprendedurismo con algún gurú en turno, quizás levantarse a las 4 de la mañana, quizás hacer ejercicio, comer bien, pensar positivamente, deshacerse de los hábitos, personas y relaciones toxicas, quizás viajar y trabajar al mismo tiempo, no tener un trabajo fijo sino muchos al mismo tiempo sin ataduras, estar en todo tiempo y lugar, quizás amar mucho a todos y a todas, no sentir estrés, sino tener un pensamiento siempre positivo, desarrollar autocontrol y resiliencia, meditar, llevar un diario, ponerse metas medibles y asequibles, expresar siempre las emociones, ponerse en contacto todos los días, siempre y a cada momento con sus seres queridos, no vaya a ser que sea la última vez que los veamos y además un largo etcétera que incluya una buena alimentación, libre de gluten, aceites de granos, comida procesada, mucha agua, no demasiada ni poca, sino la necesaria, una alimentación llena de verduras, proteínas, sobre todo pollo y pescado, pero además, éste último, cuidar que no contenga metales pesados, que además puede afectar, entre otras cosas, el corazón y la mente, según algunas posturas que nadie sabe de dónde salieron, pero que se viralizan en relación con los pensamientos, también hay que tener mucho cuidado, porque los pensamientos atraen lo negativo, y además afectan al sistema inmune y pueden producir enfermedades como diferentes tipos de cáncer, alta presión, accidentes cerebrovasculares, y si esto sucediera, pues en cierta manea la persona se lo buscó, lo fue decretando con su estilo de vida, por estar todo el tiempo en el celular scrolleando y además, si llegara a suceder y no se tienen ahorros la persona lo va a pasar muy mal, porque todo sucede por algo y es mejor tenerlos y no necesitarlos a necesitarlos y no tenerlos, ¿sabes cómo?...porque entonces es necesario que cada persona haga bla bla bla bla bla bla bla ...para que pueda ser una buena persona, feliz y sobre todo libre.
« Camilo E. Ramírez Garza »