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Opinión Editorial


El tejido social


Publicación:17-07-2025
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En pocas palabras, los controles sociales que existían en otros tiempos han dejado de ser funcionales porque las comunidades hoy son diferentes

Cada vez que se habla de la inseguridad que vivimos, escuchamos cosas como "reconstruir el tejido social". No importa que ese enfoque tarde años en dar frutos, siempre se señala como necesario, y lo es, pero no debe sustituir al trabajo policial que se realiza de forma tradicional, ya vimos lo que sucede con políticas públicas como la de abrazos y no balazos.

También cada vez que se habla de ese tejido social pareciera que se hace referencia a lo que podemos llamar "la vieja estructura social" con familias tradicionales y comunidades pequeñas en las cuales predomina el parentesco entre sus habitantes y con ello los controles sociales son más fuertes que en comunidades de otra índole.

La realidad nos dice que hoy la población se encuentra principalmente en urbes en las cuales no es posible el tipo de interacción que el anterior tejido social presentaba, entre otras razones porque vivimos en comunidades tan grandes que las interacciones entre sus miembros son apenas superficiales cuando existen y los valores no necesariamente son compartidos ni respetados precisamente porque los controles sociales son laxos.

En pocas palabras, los controles sociales que existían en otros tiempos han dejado de ser funcionales porque las comunidades hoy son diferentes. Así es que la respuesta no se encuentra ahí. Al menos no como se plantea tradicionalmente.

Por si lo anterior fuera poco, cada vez que hablamos de ese tejido social, tal y como se presenta en las estrategias de prevención, se criminaliza a los pobres, como si solo ellos fueran capaces de romper las reglas, cuando en el tema de la seguridad participan todos, o casi todos, los sectores sociales y económicos.

Es cierto que la violencia la aportan los escalones más bajos en las redes delictivas, los cuales están ocupados precisamente por aquellos que ven en la participación dentro del crimen organizado la única posibilidad de ascenso social y económico, pero ello no significa que sean los únicos que participan.

Las sanciones que la CNBV aplicó recientemente a tres entidades bancarias por no prevenir el lavado de dinero nos dan un indicador de que no solo los pobres participan en las diferentes cadenas del crimen organizado, principalmente en aquellas facetas que permiten ganancias extraordinarias, ya que estas alturas económicas difícilmente son asequibles para aquellos cuyos orígenes son las clases más pobres.

Como lo han señalado en últimas fechas las autoridades federales del área, se debe trabajar dando prioridad al trabajo de inteligencia, aquél que permite seguir el dinero.

No planteamos que debe evitarse el trabajo sobre las causas, sino que este debe replantearse, con modernas técnicas de análisis de las redes sociales, no solo las comunidades virtuales, sino principalmente las que se dan "a ras de tierra", es decir, la forma en que se establecen las relaciones entre las personas cara a cara en las comunidades.

Es un análisis que pocas veces se realiza, si es que se hace, pero que debería ser el punto de partida de toda estrategia para prevenir los delitos y la reconstrucción de un abstracto "tejido social".





« Raúl Guajardo Cantú »