Opinión Editorial
Los desaparecidos
Publicación:31-03-2025
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Rosario Ibarra de Piedra saltó a la palestra de la opinión pública en 1975 cuando, en el Bosque de Chapultepec.
Rosario Ibarra de Piedra saltó a la palestra de la opinión pública en 1975 cuando, en el Bosque de Chapultepec, encaró al entonces presidente Luis Echeverría, para exigir la aparición de su hijo Jesús, detenido por agentes de la que fuera la Dirección Federal de Seguridad (FDS).
Jesús, alias "Rafa" o "Rafita", fue detenido a los 21 años, acusado de participar en el secuestro y muerte de Don Eugenio Garza Sada.
Doña Rosario confrontó a las fuerzas policiacas federales encabezadas por Jesús Nazar Haro, titular de la FDS, un peregrinar que comenzó a sus 48 años y hasta el día de su muerte, en 2022, según dan cuenta documentos hechos públicos por el Archivo General de la Nación.
En su ir y venir por las diferentes oficinas públicas, Ibarra de Piedra se dio cuenta que no era la única persona a quien le habían sustraído un miembro de su familia; es así como nace en 1977 el Comité Pro-Defensa de Desaparecidos, Presos, Perseguidos y Exiliados Políticos de México, más tarde conocido como Comité Eureka, organización pionera en la lucha contra la desaparición.
"Vivos se los llevaron, vivos los queremos", fue la consigna.
Doña Rosario abrió el camino para visibilizar el grave y doloroso problema de las personas desaparecidas y a pesar de ello, pareciera que la historia como país, nos ha enseñado muy poco, o casi nada.
Como ella, hoy sigue habiendo madres buscadoras que no saben a dónde ir o si a la par de su lucha deban seguir rezando porque su hijo, hija, esposo, o un ser querido vuelva con vida.
A marzo de 2025, la cifra de personas desaparecidas en México era de 125 mil 287. El 90 por ciento de ellas ocurrieron desde 2006 y más de 60 mil, desde 2019, de acuerdo con información del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No localizadas (RNPDNO).
El reporte añade que en 2024 se presentó la cifra más alta de personas desaparecidas, siendo más de 31 mil.
En Nuevo León, de 2011 a 2013 un grupo de familiares de personas desaparecidas, integrantes de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL), buscó en varias ocasiones una audiencia con el gobernador en turno para pedir su ayuda institucional en la búsqueda y rescate de las personas desaparecidas, la creación de protocolos de búsqueda inmediata y un censo de dichas personas.
El silencio fue la respuesta oficial. Fue así como el colectivo "tomó" la plaza pública ubicada en contra esquina del Palacio de Gobierno para manifestar sus demandas; ese espacio se conoce hoy, coloquialmente, como la "Plaza de los Desaparecidos".
Según Andrea Horcasitas Martínez, Encargada del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana, las desapariciones afectan más a personas de escasos recursos.
Respecto a las edades, la edad de los hombres desaparecidos fluctúa entre los 15 y 35 años, mientras que las mujeres, entre los 15 y los 19.
El gravísimo hallazgo en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, campo de exterminio (aunque la versión oficial lo rechaza como tal) atribuido al Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), da cuenta que las cosas en México no han cambiado mucho.
Antaño, las desapariciones se le adjudicaban al gobierno; hoy, al crimen organizado. Como ayer, estas madres quieren ser escuchadas, atendidas, que el cambio proclamado en campaña, se haga realidad.
A las madres buscadoras el motivo pasa a segundo término, lo que realmente importa es volver a ver a sus seres queridos.
El clamor "vivos se los llevaron, vivos los queremos", sigue siendo el mismo.
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