Las campañas permanentes a las que nos vemos expuestos los ciudadanos nos llevan a observar situaciones que, siendo decentes, podemos calificar de absurdas. Tal es el caso del cambio de nombre de la estación Universidad por el de Tigres o El Volcán.

Resulta que el gobernador decidió que la estación a la que llegan miles de estudiantes a nuestra máxima casa de estudios debía cambiar de nombre y dejar de hacer referencia a ella para tomar el del muy popular equipo de futbol o el mote con el cual un comentarista de ese deporte llamó al estadio universitario para dar publicidad a un centro de espectáculos de la calle Manuel L. Barragán, el cual, si no nos equivocamos, ya desapareció.

Si bien una situación de este tipo no debería sorprendernos conociendo la forma en la cual se maneja Samuel García, no deja de ser decepcionante el que se ponga por encima de lo que significa la UANL para el estado, la popularidad de un equipo de futbol que si bien lleva su nombre, no pertenece a la universidad, o al menos está administrado por una empresa local y no por la casa de estudios.

Hemos comentado que el gobernador tiene como práctica dar por realizadas obras de las cuales se anuncia su inicio, como ejemplo de ello se encuentran la carretera interserrana, las tres líneas del Metro que ya se redujeron en extensión y número, (ya solo serán dos y una de ellas apenas será la mitad de lo que en principio se anunció) y ahora podemos agregar que no se llevará a cabo el estadio de los Tigres, del cual ya hasta la primera piedra se habría colocado hace 2 años.

Entendemos que las elecciones se han visto reducidas a unos concursos de popularidad en los cuales lo que menos importa son las propuestas de soluciones serias para los problemas que aquejan a nuestra comunidad, pero creemos que debería haber límites, sobre todo por lo que la UANL significa para el desarrollo del estado.

Nuevo León es un estado de vanguardia en lo económico, con varias instituciones educativas de nivel superior entre las cuales destaca la universidad con más de 200 mil estudiantes que impulsarán la economía del estado en los sectores de avanzada y cuya aportación, nos parece, resulta ninguneada al borrar el nombre de la estación, eso sin menosprecio de la imagen de éxito que ofrece el equipo de futbol al estado.

Seguramente con el cambio de nombre de la estación de la línea uno del Metro veremos resueltos un sinfín de problemas, entre ellos los amontonamientos que se viven en dicha estación, no los fines de semana en que hay futbol, sino todos los días en los cuales miles de jóvenes acuden a prepararse para impulsar la economía del estado y el bienestar de sus familias.

Pero bueno, todo sea por unos cuantos likes y ya veremos si estos "me gusta" se transforman en votos para su partido, como seguramente espera el gobernador. Por lo pronto todo está resuelto en Nuevo León, o al menos eso piensa nuestro gober.