Muy interesante que al ser cuestionado acerca de su probable postulación por la coalición formada por el llamado PRIAN para contender por la gubernatura el estado en 2027, el alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza señale lo obvio: que no es tiempo de pensar en ello, sino de concentrarse en su puesto como alcalde.

Hemos sostenido en algunos artículos, que desde la elección del año pasado, todo en Nuevo León debe leerse en clave 2027, es decir, con miras a la gubernatura y señalado que todo lo que los actores hagan en estos tiempos debe entenderse como parte de las campañas y precampañas con miras a ese año electoral.

No nos lo inventamos, basta ver cómo se desarrollan las acciones de, por ejemplo, la presidenta de la mesa directiva del Congreso local, Lorena de la Garza, para darnos cuenta de lo que hemos señalado y ponemos como ejemplo la actuación de la diputada debido a la notoriedad que ha alcanzado en los últimos tiempos, no por algún otro motivo, entendiendo que ella desea sustituir en el puesto que hoy ocupa al propio Adrián.

Pero volviendo al alcalde de Monterrey, resulta necesario subrayar que este es, de lejos, el político mejor posicionado dentro de la oposición para contender por la gubernatura que hoy detenta Movimiento Ciudadano.

Quizá la postura de Adrián tenga que ver con dos razones, una que al estar al descubierto desde tan temprano en los tiempos, implica ser un blanco relativamente fácil para sus probables contendientes por la gubernatura, de ahí que, aunque seguramente no funcionará, trata de poner el práctica una estrategia de bajo perfil. La segunda que será blanco fácil de ataques por parte de Samuel García y MC.

Aunque, insistimos, el problema para Adrián consiste en que, por más que quiera a estas alturas no puede bajar su perfil, es cuestión de ver su actividad en redes, en donde parece protagonizar una carrera con Samuel por lo que respecta a los posteos.

Adrián tiene que asumir que es El Precandidato de la oposición en el estado, que no hay otra figura mejor posicionada que él y actuar en consecuencia, no intentando quitarse presión, sino, para usar una expresión taurina, "creciéndose al castigo". 

Es cierto que, a como pintan las cosas, recibirá una "muy cercana atención" por parte de MC, la cual se traducirá en intentos de descarrilar su precandidatura, pero eso, consideramos, debería ser cosa sabida y presupuestada desde que volvió a ser candidato a la alcaldía.

A diferencia de otros tiempos, hoy el que se mueve sí sale en la foto.

La razón por la cual haya querido Adrián bajar su perfil quizá se encuentra al interior de su partido, en donde se ha mantenido desde hace tiempo una feroz lucha por el control de ese organismo político.

No vaya ha ser que para el alcalde de Monterrey sea más fácil alcanzar acuerdos y consensos fuera del tricolor que al interior de este, ya ven que estamos viviendo tiempos algo extraños.

Pero como dice un clásico "Lo veremos, lo veremos".