Durante el pasado fin de semana se presentó una situación muy interesante por lo que se refiere a la sucesión estatal del año 2027, el dirigente del PAN en el estado, Policarpo Flores, aseguró que ese partido tiene varios candidatos, especialmente señaló a Carlos de la Fuente, para contender por la gubernatura nuevoleonesa.

No descartó una alianza con el PRI, como la que se dio hace tres años y aseguró que Adrián de la Garza era la figura más destacada por parte del tricolor para ser el candidato de la posible coalición.

Casi 24 horas después Flores subrayó que, en caso de que se presente la coalición PRI-PAN, Adrián de la Garza es el más probable candidato de ella y ya el nombre de De la Fuente no fue tan sonoro.

Hay quien dice que las declaraciones del presidente panista son parte del proceso de negociación que se está dando para establecer esta alianza y por ello salió a relucir el nombre del actual diputado local panista.

Por nuestra parte, consideramos que efectivamente se está presentando un proceso de estira y afloja entre los dos partidos, pero que el objetivo no está en definir quién será el candidato a la gubernatura, ese puesto ya está apartado para el alcalde de Monterrey.

Lo que en realidad sucede es que, como desde hace varias elecciones gubernamentales, desde que salió Fernando Canales de Palacio de Gobierno, el PAN no quiere tener un candidato competitivo que pueda ganar la elección, los líderes reales, los poderes fácticos del blanquiazul tienen como objetivo mantener sus espacios de poder e influencia, si se puede más, pero no menos.

Por ello es por lo que, si lo piensa usted detenidamente, las filas del PAN no han impulsado nuevas figuras que pudieran ser candidatos viables y fuertes para contender por la máxima silla del gobierno estatal.

Quienes detentan el verdadero poder en ese partido consideran ya como propios ciertos cotos de poder, algunos municipios, parte del Congreso local y el Poder Judicial en el Estado y quieren mantenerlos y, de ser posible, ampliarlo a través de algunos de los organismos descentralizados que existen en Nuevo León y que manejan considerables recursos.

Así que no haga caso de ese tipo de escaramuzas, no van dirigidas a una ruptura real de la alianza PRI-PAN que se ha consolidado en los últimos años, no se va a romper, a menos, claro está, que no lleguen a un acuerdo en el reparto de puestos y ambos partidos saben que ello sería perjudicial para ambos.

Lo que sí debería usted observar es la forma en que se acomodarán las diferentes corrientes del tricolor, ahí pueden estar las novedades, porque, nos demos cuenta o no, el grupo que llegó al poder con Rodrigo Medina está teniendo un interescuadras muy interesante.

Ahí pudiera estar la diferencia de si ganan o no la gubernatura a través de la alianza, a lo demás no le haga mucho caso, son escaramuzas, cortinas de humo e intentos de quedar mejor posicionados.