Opinión Editorial
Brujería
Publicación:09-07-2025
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La mala planeación urbana y decisiones fallidas de autoridades pasadas
"¿Qué ve el ciego, aunque se le ponga una lámpara en la mano"
Proverbio hindú
No había que ser brujo, mago o clarividente para anticipar lo que ocurriría desde el primer minuto en que cerraran los carriles exprés de Constitución por las obras del Metro; los carriles ordinarios se convertirían en un caos, como ocurrió.
Cuando lo anticipé ante unos amigos, no faltó quién me dijera: "No, no será tan caótico porque los niños no están en clases", a lo que simplemente respondí: "Ya lo veremos".
Y con los estudiantes de vacaciones, el congestionamiento alcanzó diversas avenidas de Guadalupe y colapsó otras como Colón en Monterrey, y eso que apenas van dos días.
Lo bueno, dentro de lo malo, es que la cancelación de la circulación sólo es de Fundidora a la avenida Juárez, que si lo llegan a hacer hasta Gonzalitos como tenían planeado, Monterrey se cae a pedazos.
Por años nos preocupamos por la circulación en el eje norte-sur y la transversal no nos mortificaba porque Constitución y Morones Prieto podían con la carga, pero mágicamente, a raíz de la implementación del par vial y de darle un solo sentido a cada una de esas rúas, lo que antes cumplía sobradamente, de la nada resultó insuficiente.
Con el jolgorio que nuestras autoridades constructoras han formado, toman especial relevancia las fallidas decisiones del ex alcalde Colosio y su genio en movilidad Brenda Sánchez, que un día, nomás porque yo las puedo, decidieron llenar de altos Padre Mier, dando al traste con una opción para aligerar la carga y que fuese utilizada por quienes van del oriente hacia colonias como Mitras y Cumbres.
Hoy, las inútiles ciclovías de prolongación Washington nos roban un carril de circulación que podría acelerar la movilidad.
Visto lo anterior y dado que tendremos que vivir con ello, propongo una jornada en la que los regiomontanos acudamos al río Santa Catarina, junto a las obras del Metro, a enterrar cuchillos, sables, espadas, machetes, navajas, fileros, tijeras, alfanjes, katanas y demás, implorando al cielo que no llueva y con ello se retrasen las obras de construcción que están realizando.
Porque si cualquier lluvia detiene los trabajos y estos se postergan después del 1 de septiembre cuando los chamacos vuelven a las aulas, lo que hoy padecemos se convertirá en una revolución mundial.
Eso sí, si usted es derechohabiente del IMSS y tiene programado un alumbramiento entre julio y agosto, le recomendamos que se programe con tiempo y corra al Hospital de Ginecología y Obstetricia con unos tres o cuatro días de anticipación, si no quiere dar a luz en la calle, asistida por policías y albañiles del Metro que con gusto dejarán sus tareas para aparecer en las fotos.
Como decía la añorada Cristina Pacheco: "Aquí nos tocó vivir".
« Francisco Tijerina Elguezabal »
