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Opinión Editorial


Visión


Publicación:07-05-2025
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Un mucho de sensibilidad, de visión y de empatía, les vendría bien y bajarle muchas, pero muchas rayitas, a la soberbia

"Visión es el arte de ver las cosas invisibles"

Jonathan Swift

Nuestras autoridades deberían dejar de ver el tema del transporte público bajo la perspectiva única de la movilidad, ya que tienen la responsabilidad de atender otros aspectos de la vida de las personas.

No es sólo cuántas rutas y unidades o cuántas líneas del Metro y qué tan largas o grandes son, no se trata de poner un número ideal de usuarios que "podrían" transportar, sino de ubicarse en la realidad de lo que hoy por hoy viven los habitantes de la zona metropolitana.

Resulta imperativo que los funcionarios públicos se sensibilicen, se pongan en los zapatos de los ciudadanos y que comiencen a resolver todos los problemas inherentes a este tema.

El hecho de que un hombre haya atacado a un chofer del transporte urbano porque el operador no quería (o tal vez no podía) aceptar el pago del viaje en efectivo, es una alarma seria que no puede pasarse por alto o considerarse como un hecho aislado.

Quiero suponer que el arranque de ese hombre tuvo cualquier cantidad de antecedentes, como la dificultad, económica o de ubicación de un punto de venta, para conseguir una tarjeta; puede ser, y digo puede ser, que el pasajero estuviese molesto después de haber hecho dos horas de fila esperando a que pasara una unidad y en el terreno del "hubiera", ese que dicen que no existe pero que aquí toma una dimensión relevante, puede usted añadir cualquier cantidad de cosas.

Los pleitos entre conductores de vehículos, cada vez más frecuentes en la zona conurbada y cada vez con la utilización de objetos para causar daño al contrincante, no son algo casual, son hechos derivados de la crispación social producto de la falta de respuesta de la autoridad para agilizar el tráfico y la movilidad.

Lograr el objetivo de contar con un mejor sistema implica un esfuerzo y es comprensible, pero el problema es que nuestros políticos se empeñan en complicar la vialidad de media ciudad, aunque únicamente trabajen en una cuarta parte en las obras.

Sr requiere de una visión integral que abarque todos los frentes, que atienda todas las necesidades, que busque amainar los efectos negativos y apoyar a los usuarios, como también a quienes se desplazan en vehículos.

Desde la comodidad de un escritorio en una oficina climatizada, resulta muy sencillo tomar decisiones que afectan a millones de personas, a pesar de que quienes las toman jamás se hayan subido a un transporte o no tengan que enfrentar los embotellamientos diarios.

Es necesario pensar que, ese hombre molesto porque no le aceptaban el pago con efectivo en un camión, también podría llegar a su casa enfadado, frustrado y con problemas y la podría emprender contra su mujer o sus hijos.

Nuestros funcionarios ven el árbol y no el bosque, se ciñen al tema que atienden y no piensan en todas las repercusiones de sus decisiones y en eso están mal, aberrante y absolutamente mal.

Un mucho de sensibilidad, de visión y de empatía, les vendría bien y bajarle muchas, pero muchas rayitas, a la soberbia y sus sueños de grandeza.





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