Opinión Editorial
Exclusivo
Publicación:14-05-2025
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De respetarse son las cocheras y accesos, pero salvo eso, el resto de la calle frente a cualquier terreno es público
"No podemos negociar con aquéllos que dicen, «lo que es mío es mío y lo que es tuyo es negociable»"
John Fitzgerald Kennedy
Leyenda urbana que en los últimos tiempos se ha generalizado al grado de casi convertirse en una ley, aunque en la realidad ese pretendido derecho no exista y quien lo invoca está cometiendo una falta al Reglamento de Tránsito.
Me refiero a la muy meneada manía de impedir que cualquier persona se estacione afuera de una casa argumentando que ese lugar es para los propietarios u ocupantes de ese predio.
De respetarse son las cocheras y accesos, pero salvo eso, el resto de la calle frente a cualquier terreno es público y cualquiera puede aparcat su vehículo en el lugar.
La única salvedad es que el propietario u ocupante haya tramitado y pagado reservar el espacio bajo el amparo de un "estacionamiento exclusivo", trámite que vale una feria y que hay que realizar en el Departamento de Tránsito y liquidar en la Tesorería cada año.
Famoso es el meme de la señora de San Nicolás que le dice a un conductor que no puede estacionarse afuera de su casa porque "ahorita va a llegar mi hija", pero en los hechos ningún artículo de los Reglamentos de Tránsito Metropolitanos amparan el que el frente de una casa sea exclusivo para sus habitantes.
La dinámica moderna, el pésimo transporte y las facilidades para hacerte de un mueble, han hecho que en la mayor parte de las propiedades existan dos o más vehículos, cuando antaño lo normal era que únicamente existiese uno para toda la familia.
Suena ilógico que alguien con una casa de seis metros de frente quiera reservar espacio para estacionar tres autos, pero por loco que pueda parecer, esto ocurre.
Más aún, el que pretendan "reservar" los espacios mediante el uso de cubetas y señalamientos hechizos, los cuales están expresamente prohibidos en el Reglamento. Los habitantes de los alrededores de la zona del Tec de Monterrey lo viven y padecen todo el tiempo.
Lo más simpático de todo es que a pesar del congestionamiento, existen en la ciudad un montón de espacios que pudiesen ser habilitados como estacionamientos comunitarios al no tener ningún beneficio y con ello resolver problemas de convivencia vecinal.
A lo largo de los años me ha tocado vivir infinidad de este tipo de situaciones y la mayor parte de las veces he optado por darles gusto a los necios que se creen con derecho, antes que pretender imponer la razón, porque sucede que están plenamente convencidos de que les asiste precisamente la razón y el derecho y llegan incluso a amenazarte con llamar a Tránsito y la grúa para que se lleven tu coche.
Lo cierto es que si lo dejas ahí, lo más probable que suceda es que en unas horas tus llantas están desinfladas, navajeadas o la pintura rayada por la locura de quien se siente y cree dueño de la calle.
Bien harían las autoridades municipales en generar una campaña para hacerle ver a las personas que estos espacios son de todos y que si desean un sitio exclusivo, deben pagar por él.
« Francisco Tijerina Elguezabal »
