El próximo domingo se llevarán a cabo las elecciones del poder judicial en el país y nuestro estado no será la excepción. Será la primera vez que se elijan los jueces de las diferentes instancias por voto directo de los ciudadanos.

No es una elección fácil, ni en lo que respecta a la organización, ni en la votación en sí misma, para comenzar, los distritos electorales no coinciden con las circunscripciones judiciales, lo que ya en sí es un problema logístico.

Por lo que respecta a los electores, los candidatos son tantos, tan desconocidos para muchos y la forma en que hicieron campaña debido a las reglas existentes fue casi como para que nadie los conociera, por lo que a la hora de votar el ciudadano casi lo hará al azar.

Además, la elección de jueces no es algo que interese al común de los ciudadanos, la mayoría de los cuales difícilmente piensa que en algún momento de su vida se verá frente a un tribunal o ante un juez por lo que ve como algo lejano a estos funcionarios y no se diga a los candidatos.

Independientemente de todo, esta elección tiene todos los ingredientes para que se decida gracias a las organizaciones que tienen poder de movilización, sean partidos, gobiernos, sindicatos u otro tipo de organizaciones.

Insistimos, no será una elección fácil y quizá tampoco será muy concurrida, tan es así que por ahí se han filtrado algunas proyecciones acerca del porcentaje de votación que tendrán y no son muy prometedoras, rondan entre el 5 y el 10% del padrón electoral.

Por si todo lo anterior fuese poco, el conteo de los votos ya no se hará en las casillas, tampoco lo harán los ciudadanos y, solo como anotación al margen, no habrá representantes de candidatos porque si no, aquello sería un caos peor.

El conteo será otro factor que agregue dudas a los resultados de la elección, ya que lo harán funcionarios del INE y tienen varios días para ello, además de que las boletas sobrantes no serán anuladas y se incluirán en los paquetes electorales que llegarán al instituto electoral. Las especulaciones no se harán esperar.

En pocas palabras, será todo un reto para los involucrados sacar adelante y con buenos resultados la elección del próximo primero de junio y de ello dependerá la impartición de justicia.

En este proceso, llama la atención la forma en que algunos gobernadores se han involucrado en la elección, ya sea porque ven en ella la posibilidad de que el séptimo año de su sexenio no sea todo lo malo que pudieran esperar, o porque sus respectivos partidos desean influir en los resultados.

Al final de cuentas, las elecciones del poder judicial serán un experimento que puede o no salir bien, pero cuyas consecuencias sentiremos todos los mexicanos en mayor o menor medida, incluyendo las repercusiones que pudiera traer para la economía, recordemos que muchos proyectos están en pausa mientras se define cómo quedarán integrados los diferentes órganos impartidores de justicia.

No será un proceso fácil y los buenos resultados no están garantizados.