Opinión Editorial
Pequeño
Publicación:16-07-2025
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Dicen que no hay enemigo pequeño y queda clarísimo que a nivel del Municipio hubo un error de cálculo
"Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él"
Sir Francis Bacon
Seguramente el funcionario que tomó la decisión de clausurar el puesto de venta de pollos de una influencer en Juárez, Nuevo León, debe estar mucho más que arrepentido por el inmenso error de cálculo y, sobre todo, por el brete en el que terminó metiendo al alcalde Félix Arratia.
Porque sinceramente no creo que la denuncia pública de un bache o un registro mal emparejado a media calle haya provocado la ira del Presidente Municipal al grado de ordenar clausurarle el puesto callejero de venta de pollos que tenían la mujer y su hermano.
Dicen que no hay enemigo pequeño y queda clarísimo que a nivel del Municipio hubo un error de cálculo al no dimensionar los alcances que podría tener un simple "live" de la influencer, transmisión que terminó haciéndose viral y que fue retomada por una buena cantidad de medios formales de comunicación y sitios de internet, además de replicarse en redes sociales.
Y puede que la autoridad tenga razón, que el expendio no cuente con permisos, que invade la vía pública, que impide el libre tránsito, que no cuenta con medidas sanitarias y todo lo que usted guste y mande, pero como ese hay millones en todo México, desde los pueblos pequeños hasta las grandes ciudades, que operan fundamentalmente por el disimulo de los gobiernos y el beneplácito (bastante) de los inspectores y los líderes de comerciantes que cobran cuotas para operar.
Condición humana, las personas se pondrán del lado del desvalido sin importar si cumple o no con la ley, porque a los ojos de cualquiera la clausura termina siendo un acto de revancha por la denuncia pública hecha por la influencer, sea esta con cargo político-electoral o no.
Así, la denuncia en video de la dueña de los pollos, que pretendía ser acallada con quitarle su fuente de ingresos, terminó siendo conocida a nivel nacional e internacional al viralizarse el acto de la autoridad municipal.
Cuando el origen de la acción se centra en un trasfondo y no en la legalidad, es necesario que los funcionarios le midan muy bien "el agua a los camotes" y contemplen con detenimiento y cabeza fría los alcances y repercusiones de su proceder, porque puede suceder lo que terminó ocurriendo en Juárez.
Aquí victimizaron a la denunciante y quien terminó en el papel de verdugo fue el alcalde, que no el funcionario que tuvo la ocurrencia de clausurar el puesto. La carga negativa es para Félix Arratia quien, haga lo que haga, terminará raspado en su imagen por una queja de un bache que no habría tenido mayor repercusión si la dejan pasar.
Una de las primeras recomendaciones que les dan a los políticos cuando acceden al poder es untarse todos los días de pies a cabeza una buena cantidad de manteca de oso, para que todas las críticas, señalamientos, insultos y mentadas, se le resbalen.
Atender, pero sobre todo entender, es prioritario en el servicio público. Actuar con inteligencia implica oficio y tablas y eso, lamentablemente, se adquieren con el tiempo y no se venden en cualquier botica o droguería.
« Francisco Tijerina Elguezabal »
