Estamos a unos días de que caiga la última hoja del almanaque del 2025. ¿Qué tal le ha ido de festividades? ¿muchos abrazos y obsequios? ¿y el recalentado? ¿Ya ha comenzado a hacer su lista de propósitos para el 2026?

De acuerdo con los astrónomos y astrólogos, el 2026 estará algo movido en lo político, en lo colectivo y en lo social; habrá eclipses, lluvias de estrellas y muchos cambios.

Si decide creer a lo que nos deparan las estrellas, vaya echando vistazo para trazar la estrategia que le allegue la prosperidad, la salud, el amor y el éxito que espera y desea, pero, si me lo permite, va mi personal recomendación: en cada logro o traspié, nunca se olvide de quien ha estado con usted de manera incondicional.

En la vorágine del mundo que nos toca vivir, hay una gran variante de lo que llamamos familia, pero, al final del día, es nuestro círculo de apoyo.

Coincidiendo con la conmemoración del Día de los Santos Inocentes, este domingo la Iglesia Católica celebró el Día de la Sagrada Familia, fecha en la que se invita a reflexionar sobre la importancia del núcleo familiar como base de la vida en la sociedad.

Jesús, María y José representan el modelo de amor, unidad y fe que se busca prevalezca en la familia y con esta celebración; se pretende explorar el papel de los padres en la formación de los hijos y el compromiso mutuo entre los miembros del hogar.

"El Redentor del mundo eligió a la familia como lugar para su nacimiento y crecimiento, santificando así esta institución fundamental de toda sociedad", dijo en 2001, el entonces Papa Juan Pablo Segundo para referirse a esta celebración.

En México, el Día de la Familia se celebra el primer domingo de marzo y a nivel internacional, la ONU proclamó la festividad el día 15 de mayo, pero en cada fecha, el objetivo es el mismo: resaltar el papel de la familia, promover su integración y crear conciencia sobre su importancia.

Recordando que la familia es un grupo de personas unidas por vínculos consanguíneos y afectivos y que usualmente viven juntas, dice la ONU, que de la familia depende que los seres humanos logremos integrarnos de manera sana en el entorno y alcanzar niveles de convivencia, donde se respeten las reglas y normas que rigen a la sociedad.

México presenta una gran diversidad de estructuras familiares, más allá del modelo tradicional: nucleares, monoparentales, compuestas o reconstruidas, co-residentes y las extendidas, todas igual de importantes y valiosas.

No se trata de ser perfectos como Jesús, María y José, pero sí de estar para quien nos necesita y quien nos ama, sin importar cualquier diferencia que pudiera surgir.

El modelo de la Sagrada Familia es un prototipo donde cada cual tiene su propio rol, siempre amoroso, siempre presente, siempre empático y solidario.

A unos días de concluir este 2026, la invitación es que, sin importar el modelo de familia, podamos mantener la unidad y la cercanía, y hasta donde se pueda, sin redes sociales.

Antes de despedirme, aprovecho este ejercicio editorial, el último del año, para desearle un gran y venturoso 2026.