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Opinión Editorial


Aval


Publicación:23-04-2025
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Alguien tendría que detener el abuso de las nefastas compañías de cobranza telefónica que de manera constante acosan a miles de personas en México

"No es igual huele a traste que..."

Dicho popular

Alguien tendría que detener el abuso de las nefastas compañías de cobranza telefónica que de manera constante acosan a miles de personas en México por adeudos que no son suyos.

Porque de entrada el ser la "referencia" de una persona no equivale a ser su aval o deudor solidario, de manera que si no paga, no tienen por qué estar hostigándote a mañana, tarde y noche con llamadas de "dígale a fulano que pague".

Lo más grave es que en ocasiones ni siquiera conoces a quien supuestamente te refirió y de cualquier manera te siguen molestando.

Hace unos días recibí una llamada y escuché: "¿Fulanito de tal?", a lo que respondí: "¿Disculpe?" y mi interlocutor, alzando la voz me espetó: "¿Qué no escucha, es sordo o qué?" y simplemente le dije: "Perdón, pero me temo que se equivoca, no conozco a ninguna persona con ese nombre y este teléfono es mío".

Al hombre del call-center le valió tres cacahuates y me amenazó: "Pues no me importa, su teléfono aquí está registrado y como fulano no pague, lo vamos a seguir molestando con llamadas a usted" y colgó.

Pero los inefables cobradores tienen tácticas aún más gangsteriles.

Hace un par de días recibí la friolera de 20 llamadas en un mismo día en la que una grabación me indicaba que debería marcar al teléfono tal si no quería seguir recibiendo más llamadas.

En un principio batallé para captar completo el mensaje pues apenas aceptaba la llamada y ya una grabadora iba a mil por hora diciendo su mensaje; en una de tantas por fin pude comprender y escuchar que se trataba de un número en Guadalajara.

Siendo honesto el tema me comenzó a dar algo de temor porque pensé que podía tratarse de alguna estratagema del crimen organizado, pero por la forma y maneras me di cuenta que no era más que otra forma de acoso de los cobradores.

A eso de la quinta llamada comencé a bloquear los números de donde provenían los mensajes, pero de nada sirvió, porque al poco rato llegaba otra más de un número bastante parecido con el mismo asunto. Extraño resulta que de un número celular en Monterrey (gracias Telcel por venderles mil líneas a estos monos), te pidan que te comuniques a un teléfono de Guadalajara.

En teoría la Condusef o la Profeco deberían impedir estos abusos, pero revisando las formas de presentar una queja, la verdad es que te quedas sin ganas de hacerlo.

En Internet te topas con que hay que hacer lo siguiente: Si un despacho de cobranza te hostiga presenta una queja ante la Profeco. Para presentar una queja deberás proporcionar la siguiente información: El nombre del cliente y/u obligado solidario y/o aval o persona afectada por la gestión de cobranza que presenta la queja; el nombre del despacho de cobranza, en caso de que se cuente con dicho dato cuando la queja sea presentada por una persona distinta a este; la dirección, correo electrónico y número telefónico del deudor o de la persona que presenta la queja; el motivo de la queja; una relación sucinta de los hechos; aportación de pruebas en caso de tenerlas; la denominación de la entidad comercial; el domicilio de la entidad comercial, si se tiene.

¿No querrán también la fe de bautismo del cobrador?





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