Opinión Editorial
Flexibilidad vs rigidez
Publicación:16-07-2025
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Cuando alguien es incapaz de reírse de sí mismo, ha llegado el momento de que otros se rían de él.
Thomas Szasz
Henri Bergson en su texto "La risa: ensayo sobre el significado de lo cómico" aborda una dimensión fundamental del humor: no reconocer, ni incorporar en el propio movimiento los cambios que se van presentado en el entorno, dejando al cuerpo "en modo automático" para que se enfrente a dichas situaciones; entonces, lo cómico se hace presente ahí precisamente donde uno esperaría encontrar flexibilidad y adaptación –debido a los cambios más inmediatos del ambiente– algo persevera de manera rígida, fracasando en responder ante los cambios, como en los clásicos ejemplos de ciertas películas, cuando alguien toca la puerta y abren, pero quien tocaba no se ha dado cuenta que ya han abierto y continua "en modo automático" golpeando con los nudillos la puerta, pero ahora lo hace en la frente de quien ha abierto la puerta; o la típica escena de los dibujos animados, donde el personaje camina en el vacío y sólo se cae al darse cuenta que ha continuado caminando en el aire a pesar del precipicio; produciendo la risa en el espectador, justamente como lo mostró Sigmund Freud en sus ensayos "El chiste y su relación con lo inconsciente" y "Sobre el humor", debido a una intima relación con la verdad humana, tanto general como singular, de ahí la angustia que se transforma en risa al quedar algo expuesto.
La rigidez tiende a presentarse acompañada por otras expresiones muy cercanas, como lo son el conservadurismo y fundamentalismo, que buscan pontificar las consciencias y comportamientos a través de ideas y prácticas dogmáticas, para buscar que las personas se comporten de "modo automático"; creen que a las sociedades hay que someterlas ideológicamente para poderlas gobernar, en lo posible suprimir los derechos y las libertades a su mínima expresión, convertir a los ciudadanos en clientes o trabajadores sin derechos, esclavos posmodernos, es decir, aquellos que creen que al tener un trabajo donde son explotados están siendo libres.
Por su parte, la flexibilidad comprende movimientos de adaptación a los cambios, con miras a desarrollar soluciones creativas y responsables, lo que permite que los cambios del entorno, como la desestabilización y las crisis, no sean experimentadas "en modo automático", sino de formas variadas, responsables y creativas, lo que permite ampliar los horizontes de vida y de las capacidades humanas para hacer ahí con lo imposible, cruzar el límite: nuevas habilidades a partir de nuevas experiencias.
Como lo planteó Simone Regazzoni en su más reciente libro, Océano, la vida humana asemeja más al mar que a la tierra, al movimiento en permanente apertura, diverso, cambiante, desconocido... que a los confines limitados y rígidos de la tierra firme. ¿Será acaso que la rigidez-tierra-cerrada-dogma es una respuesta desesperada contra la flexibilidad-agua-apertura-creatividad a la que, desde su origen, la vida humana está, no sólo vinculada, sino que a ella misma debe su existencia?
Si la vida humana se encuentra desde el inicio en constante apertura, si ella misma es, en cierta manera, una transgresión a la vida programada biológicamente, para alcanzar lo imposible, la rigidez significa, entonces, ir en contra de esa vocación fundamental de lo humano: el cambio, la apertura, la pérdida, no como falla o error, sino como amplificación, como extensión de lo aún no conocido y explorado, aquello que permanece a la espera de ser vivido y reconocido como propio, lo flexible.
« Camilo E. Ramírez Garza »
