Muchas boletas, muchos nombres, muchos cargos en juego y, por supuesto, muchísimos intereses alrededor. Así fue la fantasmagórica elección judicial celebrada este domingo 1 de junio ¿cómo la vivió usted?

¿Fue de los que siguió su cotidiana rutina dominical: ¿levantarse un poco más tarde de lo habitual, ir por la barbacoa, quizá acudir a misa y ver deportes en casa? ¿quizá ver a la parentela política? ¿O tal vez tomó carretera rumbo a una finca con alberca, para pasar una tarde de lo lindo? Nada mal. Después de todo ¡es domingo!

¿O fue de los que recordó que este no era un domingo cualquiera, que millones de mexicanos teníamos en nuestras manos el poder de elegir a los nuevos jueces y puso en pausa su jornada para emitir su sufragio? Si fue su caso, lo felicito.

Hará cosa de dos semanas en este mismo espacio me referí a la elección del Poder Judicial, una elección en la que no apoyaba los modos por todos los recovecos a que hubo lugar desde su concepción. Recordará que, pese a los miles de asegunes, lo conminé a sufragar.

La que suscribe acudió a la urna y penosamente vi la poquísima, pero de verdad casi nula, participación ciudadana; en un mini recorrido, vi que en otras casillas la situación era la misma ¿de verdad la pareció poca cosa?

La poca seguridad, el hecho de que todas las boletas se depositarían en una sola urna, que no se anularían boletas y que no se publicarían los resultados, a cualquiera desanima; no obstante, considero que no es motivo para cruzarnos de brazos, se vea la elección o no, como una burla o fraude electoral.

Conflictos por divorcios, herencias, pensiones alimenticias; delitos como asesinato o extorsión, conflictos entre empresa y sindicato; situaciones derivadas de conflictos electorales son solo unos pocos temas del amplio espectro de casos que ven los diferentes jueces por quienes acudimos a votar. Así que a todos nos impacta.

Más de dos mil espacios estuvieron en competencia en esta elección de carácter extraordinario.

Como breviario cultural, le comentaré que hubo muchas caras decepcionadas cuando se les explicó que, al ser elección extraordinaria, al menos en Nuevo León esto no representaba un dinerito extra por trabajar en domingo. Solo en Durango, donde se renovaron alcaldías y Veracruz, donde se votó por presidentes municipales y diputados locales, se vivieron elecciones ordinarias.

Luisa María Alcalde, dirigente nacional de Morena, se refirió a la contienda como un hecho histórico y sí, claro que es histórico, pero no necesariamente estamos hablando de un saldo positivo. Hubo cosas que se pudieron hacer mucho mejor, pero el hubiera no existe ¿verdad?

Bolivia, Estados Unidos, Suiza, Japón, Perú, Colombia o Guatemala son algunos países donde también se renueva su Poder Judicial a través del voto, no obstante, la Corte Interamericana de Derechos Humanos estima que un proceso de nombramiento idóneo y la protección contra presiones o intereses externos forman parte de la independencia judicial.

La pregunta es ¿México puede decir que lo ha vivido así?

Fuimos testigos- participativos o no- de una jornada histórica ¿qué es lo que sigue?

Por ahora habrá que estar al pendiente del desenlace de la contienda y por supuesto, señalar todo aquello que pueda ser una irregularidad.

A los nuevos titulares judiciales, ya tendremos tiempo de ver su proceder y les seguiremos la huella para exigir de ellos un proceder independiente y la real y equitativa impartición de la justicia.