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Opinión Editorial


Discurso y acciones de odio


Publicación:16-06-2025
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El presidente de Estados Unidos proclamó que su país estaba siendo "invadido desde su frontera sur".

"Los sin papeles que permanezcan en Estados Unidos se enfrentarán a duros castigos: tiempo significativo en prisión, enormes multas, confiscación de sus propiedades, embargo de sus sueldos y se enfrentarán a deportaciones sorpresas al lugar y en la forma que queramos", es parte de lo que dijo Donald Trump para sacar de Estados Unidos a todos los que considera ilegales, especialmente latinos, y entre latinos, muchísimos mexicanos.

El presidente de Estados Unidos proclamó que su país estaba siendo "invadido desde su frontera sur". Y tras esto, lo hemos visto en las últimas semanas, se han dado decenas de redadas en Los Ángeles; la orden es llevar a cabo 3 mil arrestos al día.

El tema no es si son o no perseguidos, si quieren o no trabajar, ni siquiera si han incurrido en algún delito, la autoridad federal dice que seguirán "trabajando para sacar de las calles de Estados Unidos a los peores delincuentes extranjeros ilegales".

Se disfrace o no con palabras, estas han sido frases y discursos de odio y el odio rompe la paz, vulnerando los derechos humanos y la libertad de las personas.

Se entiende por discurso de odio cualquier tipo de comunicación verbal, escrita o conductual, que utiliza un lenguaje discriminatorio hacia personas o grupos, basado en sus creencias, origen étnico, religión, entre otros aspectos.

Es justo en este contexto que la Organización de las Naciones Unidas instituyó desde el año 2021, que el 18 de junio sea el Día Internacional para Contrarrestar el Discurso de Odio, a fin de privilegiar el diálogo y la tolerancia.

Hoy es California, pero a nivel mundial se observa el aumento de los discursos que incitan a la violencia y la intolerancia, generando daños físicos y psicológicos a las personas y, por si fuera poco, destrucción y afectaciones a la economía de las naciones, tal y como sucede en Medio Oriente con el conflicto entre árabes e israelíes, por citar un ejemplo.

A finales de su mandato, en 1988, otro presidente, Ronald Reagan, firmó una amnistía para extranjeros ingresados ilegalmente a su país.

"Puedes ir a vivir a Francia, pero no serás francés. Puedes ir a vivir a Alemania, Turquía o Japón, más no te puedes convertir en alemán, turco o japonés. Pero cualquiera, desde cualquier rincón de la tierra, puede venir a vivir en Estados Unidos y será un estadounidense. Si alguna vez cerramos la puerta a los nuevos estadounidenses, pronto perderemos nuestro liderazgo en el mundo".

Esta frase de Reagan ha resonado con tanta fuera en las últimas semanas frente a una postura agresiva y anti derechos humanos emprendidas por el gobierno de Trump.

Al menos por ahora, pareciera que Trump ha hecho una pausa en esta escalada y no porque ahora piense diferente. La decisión apunta a que los arrestos perjudican a la industria agrícola y a la hotelería e impacta negativamente en la popularidad del mandatario.

Es difícil saber que pasará por la volátil cabeza del republicano en los próximos días, pero es grato pensar que poco a poco más voces se suman al repudio contra Trump.

La siempre arma de doble filo que representan las redes sociales se han encargado de propagar lo que sucede en el vecino país, pero en esta ocasión, han sido aliados para paliar en la retórica de Trump.

Ante los discursos y acciones de odio es imposible quedarse de brazos cruzados, así que al menos podemos asumir una postura de pensamiento crítico o de reflexión y difundir, compartir mensajes de solidaridad.

Y no es sólo por los latinos, o por los palestinos, israelíes, ucranianos o rusos. El mundo enfrenta suficientes problemas y el mundo lo que necesita es paz.



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