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Opinión Editorial


El costo de la inacción


Publicación:27-02-2025
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Escuchar la palabra terrorismo en el entorno cercano asusta y no es para menos

Escuchar la palabra terrorismo en el entorno cercano asusta y no es para menos.

Para que un acto sea considerado como terrorismo se necesitan ciertas condiciones: uso de violencia extrema como atentados, secuestros o asesinatos masivos; tener objetivos políticos, ideológicos o religiosos; ataques contra civiles en espacios públicos; y la intención de generar miedo o inestabilidad en una población o un gobierno.

La ONU define al terrorismo como "actos criminales destinados a causar la muerte o daños graves a civiles con el propósito de intimidar a una población o forzar a un gobierno o una organización internacional a tomar una acción". El Departamento de Estado de Estados Unidos coincide en esa descripción y agrega el "uso premeditado de la violencia”; La Unión Europea señala “la intención de intimidar gravemente a la población".

En México el Código Penal Federal, específicamente en el Artículo 139, lo considera un delito y lo define como: “Comete el delito de terrorismo quien, utilizando explosivos, sustancias tóxicas, armas de fuego, incendios o cualquier otro medio violento, realice actos en contra de bienes o personas que produzcan alarma, temor o terror en la población o en un grupo de ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad para tomar una determinación."

Ante la designación oficial, por parte del gobierno de Estados Unidos, como organizaciones terroristas extranjeras a los carteles mexicanos es lógico que nos preguntemos las implicaciones de esta determinación.

Los cárteles mexicanos que fueron designados como grupos terroristas son el cartel de Sinaloa, la Familia Michoacana, el Jalisco Nueva Generación, el Cartel Del Golfo, el del Noreste y el cartel Unidos. Están junto con La Mara Salvatrucha de El Salvador, el Tren de Aragua, de Venezuela, Al Qaeda, las Fuerzas Revolucionarias Armadas de Colombia (FARC) y al-Shabaab de África. 

En México, los cárteles usan la violencia extrema, pero su motivación principal es económica. Por eso algunos políticos argumentan que son grupos criminales porque su objetivo es el narcotráfico y no la lucha ideológica. Sin embargo, han llegado a actuar como grupos terroristas cuando atacan a poblaciones civiles para controlar territorios; usan el miedo para influir en decisiones políticas; y asesinan y secuestran periodistas, políticos o activistas para silenciarlos. 

Aunque los cárteles mexicanos cometen actos de extrema violencia, la ley mexicana generalmente los clasifica bajo delincuencia organizada, narcotráfico u homicidio, y no como terrorismo.

Declarar a los cárteles mexicanos como terroristas tiene varias implicaciones significativas. Además de ser elegibles (los cárteles) para ataques con drones como señaló Elon Musk, funcionario del Gobierno de Trump al señalarlos como blancos legítimos, el gobierno de Estados Unidos podría intensificar las operaciones militares y de inteligencia en nuestro país; podría haber sanciones financieras más severas contra individuos y entidades asociadas con los mismos, incluyendo el congelamiento de activos. Y por supuesto, imponer aranceles si el gobierno mexicano no intensifica la lucha contra ellos.

Para el ciudadano de a pie, además de vivir la preocupación por posibles acciones militares en territorio mexicano, los cárteles podrían intensificar su violencia en respuesta a la mayor presión, afectando a comunidades enteras. De igual forma, empresas o individuos sospechosos de tener vínculos con cárteles podrían enfrentar sanciones, afectando empleos y negocios legítimos; y desde luego, se podría endurecer aún más la vigilancia en la frontera afectando a migrantes y viajeros mexicanos, y afectar el proceso de otorgamiento de visas.

Por lo pronto, la Agencia Central de Inteligencia, (CIA), notifico´ al Capitolio, el desplazamiento de aeronaves no tripuladas en el espacio aéreo de México y que son usadas regularmente en misiones antiterroristas. Más allá´ de una acción militar que se dice consensuada y que se esperaría que los agentes de la CIA en México compartan con el gobierno de México la información recogida, esto representa una violación a nuestro espacio aéreo.

 “…tenemos una muy buena relación con México, pero creo que México está´ en gran medida dirigido por los carteles, y eso es triste decirlo, y si quisieran ayuda con eso, se la daríamos”, “no estoy contento con México ni con Canadá” …ha expresado Trump.

Sin duda, hay tensión en las relaciones bilaterales entre los países y Sheinbaum está pasando apuros. Es innegable la presencia del narco en todo el país; así mismo, que su tutor AMLO no hizo nada para impedir su avance y no puede responsabilizarlo por ello; además está la exigencia del Mayo Zambada para ser devuelto a México con la amenaza de generar un colapso si lo dejan en Estados Unidos; la presión de Trump; y tener que dar explicaciones por fotos incómodas con personajes del narco. 

Tanto que la 4T critica al pasado, y ahora vive las consecuencias de la inacción contra el narco.

Reformar los artículos 18 y 40 de la Constitución para fortalecer el marco legal de la soberanía nacional y combatir eficazmente el tráfico ilegal de armas, no es suficiente. Tampoco insistir en “Con México es colaboración, no injerencismo”.

Lo cierto es que el número de detenciones, la destrucción de laboratorios y los decomisos por parte de los militares mexicanos ha sido alto en las últimas semanas. 

El miedo no anda en burro.

Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com





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