Opinión Editorial
De tendencias a agendas: el pulso del 2025
Publicación:10-04-2025
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Las proyecciones globales para 2025 se centran en varios frentes tecnológicos, económicos y sociales, con un enfoque principal en la inteligencia artificial
Las proyecciones globales para 2025 se centran en varios frentes tecnológicos, económicos y sociales, con un enfoque principal en la inteligencia artificial (IA), la sostenibilidad y la transformación digital. Aunque ya vamos en el cuarto mes del año, siempre es interesante conocer hacia dónde nos movemos en los diferentes espacios en los que interactuamos y que constituyen las agendas locales, globales y especializadas.
Las agendas temáticas no surgen de la nada; son el resultado de una combinación de factores sociales, económicos, tecnológicos y políticos. Se moldean a partir de investigaciones, cambios en el comportamiento de las personas y las estrategias de gobiernos y empresas. A lo largo del año, algunas corrientes se consolidan, otras se transforman y algunas pierden relevancia según la respuesta del entorno y la evolución de las prioridades globales.
Estas dinámicas son impulsadas por la propia sociedad. Se presentan como una opción ventajosa, se adoptan y, en su caso, generan un círculo de divulgación y desarrollo. Su consolidación está directamente relacionada con el número creciente de adoptantes, y su impacto en diferentes sectores.
Los estudiosos coinciden en estos tópicos:
Inteligencia artificial y su monetización. En 2025, muchas empresas transitarán de la experimentación con IA a su aplicación estratégica para obtener beneficios tangibles. La inteligencia generativa (GenAI) seguirá creciendo rápidamente, transformando industrias y redefiniendo modelos de negocio.
Sostenibilidad y descarbonización. A medida que las empresas aumentan su inversión en IA, también crece la preocupación por su impacto ambiental, particularmente en términos de residuos electrónicos (e-waste). Surgen marcos de "IA sostenible" para optimizar la eficiencia energética y reducir el desperdicio tecnológico.
Cambio climático y energías renovables. A nivel global, la inversión en soluciones sostenibles sigue en aumento. Se estima que la industria de la sostenibilidad alcanzará más de 10 billones de dólares en inversiones anuales para 2025, con un enfoque en viviendas resilientes y sistemas solares domésticos. Más del 80 por ciento de la energía global podría ser generada por fuentes renovables, impulsando la infraestructura verde.
Datos como producto. Las empresas están transformando los datos en productos consumibles para optimizar operaciones y reducir la fricción entre departamentos. Esta tendencia del "data-as-product" se consolidará como una práctica clave en la gestión empresarial.
Seguridad contra la desinformación. Ante el aumento de la desinformación, gobiernos, empresas y ciudadanos buscan tecnologías para detectar y prevenir la difusión de información falsa, fortaleciendo el pensamiento crítico y la verificación de datos.
Educación humanista y STEM. El enfoque educativo priorizará el desarrollo integral del ser humano, promoviendo la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico. Paralelamente, se fomentará el crecimiento de profesiones y oficios en las áreas STEM.
Desarrollo personal y bienestar integral. Las tendencias apuntan a la búsqueda de la felicidad, la autorrealización y el bienestar integral, con especial atención a la salud emocional y el equilibrio entre la vida personal y profesional.
Evolución del pensamiento y valores emergentes. Ahora hay una mayor valorización del diálogo, la colaboración, la democracia, la libertad, la igualdad, el respeto y la ética. Al mismo tiempo, conceptos como la polarización, la posverdad, la resiliencia, la mediación y la innovación resurgen en la agenda pública como problemáticas y aspiraciones humanas.
Ambiente político. Se observa una exigencia ciudadana hacia la protección de los derechos humanos, la justicia social, regulaciones ambientales y mayor transparencia en la gestión pública. Modelos alternativos como la democracia deliberativa y la participación directa cobran relevancia, al igual que el crecimiento de liderazgos ciudadanos y movimientos sociales sin afiliación partidaria que buscan influir en las agendas políticas. También entran en juego modelos nacionalistas, que pueden caer en posiciones extremas.
Con la guerra arancelaria de Trump, seguramente habrá un reacomodo de estas tendencias que ya venían marcando el paso del desarrollo global. El comercio internacional podría volverse más fragmentado, afectando cadenas de suministro, inversiones en tecnología y cooperación ambiental.
Este tipo de tensiones geopolíticas no solo reordenan el mercado, sino que también inciden en la velocidad y dirección de las innovaciones, el acceso equitativo a soluciones digitales y la capacidad de los países para alinearse en torno a metas comunes como la sostenibilidad o la protección de derechos fundamentales. Desde luego, también afectarán
En este escenario complejo, las agendas del futuro no se escribirán en solitario ni de forma predecible. Estarán determinadas por una red de influencias que incluye tanto a actores tradicionales como a nuevas voces ciudadanas, tecnológicas y culturales. Lo único seguro es que la adaptabilidad, la colaboración, el diálogo y la ética serán claves para navegar los desafíos de esta era de transformación.
En el proceso de cambio hay algo que permanece: la persona y su plenitud en bienestar.
Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com
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