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Opinión Editorial


La maternidad ya no es destino


Publicación:15-05-2025
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Hoy, la maternidad es una decisión pensada, guiada por deseos, circunstancias y nuevas prioridades

La maternidad es hoy una elección consciente que responde a realidades sociales, económicas y personales muy distintas a las de generaciones pasadas. Durante décadas, fue promovida como el ideal femenino: una vocación vinculada al concepto romántico de la mujer plena. Sin embargo, la creciente participación de las mujeres en la vida profesional, política y pública, junto con una nueva visión de los roles de género, ha transformado ese ideal.

Ser madre no implica renunciar a otras facetas de la identidad femenina. Muchas mujeres combinan perfectamente su rol como madres con una vida laboral, social y personal activa, buscando mayor equilibrio. Lo hacen tan bien, que el hacerlo sin pareja no es limitante.

Hoy, la maternidad es una decisión pensada, guiada por deseos, circunstancias y nuevas prioridades. Esta transformación también ha dado lugar a un cuestionamiento abierto sobre el deseo de ser madre. Mientras algunas mujeres postergan esta decisión, otras optan por no tener hijos.

Este cambio responde a una mayor conciencia sobre los retos de la crianza y la necesidad de contar con condiciones adecuadas. En México, la edad promedio para tener el primer hijo ha aumentado de 21 años en 1990 a 28 en 2020, según el INEGI. A la par, la tasa de fecundidad bajó de 3.4 hijos por mujer en 1990 a 1.8 en 2023, de acuerdo con el Banco Mundial e INEGI.

En Estados Unidos, datos de 2022 muestran que aproximadamente el 17.7 por ciento de las mujeres entre 40 y 44 años no había tenido hijos, lo que refleja una creciente decisión de no ser madre en etapas avanzadas de la vida reproductiva. En México ocurre algo similar: según el INEGI, el porcentaje de mujeres entre 40 y 49 años sin hijos aumentó de 6.7 por ciento en 1990 a 18 por ciento en 2020. 

Actualmente, también existen nuevas formas de ejercer la maternidad. Las tecnologías reproductivas, como la fertilización in vitro o la congelación de óvulos, ofrecen alternativas para quienes desean ser madres sin una pareja o más adelante en la vida. La adopción, por su parte, se ha convertido en una opción válida y consciente, que permite formar familias desde el compromiso afectivo, más allá del vínculo biológico.

Esta transformación está influida por un cambio generacional. Entre los millennials, hay un marcado temor al compromiso y a las responsabilidades asociadas con la maternidad. Un estudio de Kantar (2023) revela que 7 de cada 10 millennials en América Latina prefieren tener mascotas antes que hijos, citando razones como la estabilidad financiera y el bienestar emocional.

La figura de la madre también se redefine. Antes, se esperaba que fuese siempre presente y protectora; hoy, muchas mujeres promueven la autonomía de sus hijos desde temprana edad. La maternidad no se diluye, pero se transforma: está guiada por un amor más consciente, centrado en el bienestar familiar y personal.

No obstante, a pesar de estas nuevas modalidades, muchas mujeres siguen cargando con la responsabilidad principal de la crianza, lo que a menudo las devuelve a esquemas tradicionales que limitan sus posibilidades de realización personal. Las estructuras laborales y familiares, aún desactualizadas, continúan colocando a las mujeres como responsables casi exclusivas del cuidado infantil.

De acuerdo con el CONAPO (2022), el 72 por ciento de las mujeres mexicanas considera esencial que padres y madres compartan por igual las tareas de cuidado. Sin embargo, solo el 27 por ciento de los hombres participa activamente en actividades escolares o de crianza. 

Esta desigualdad también se refleja en el entorno laboral. Las políticas públicas siguen siendo limitadas para facilitar la conciliación entre el trabajo y la familia. Según la OCDE, apenas una de cada cuatro empresas en México ofrece esquemas flexibles o medidas de conciliación laboral-familiar, y solo el 12 por ciento cuenta con convenios con guarderías. Esto dificulta que ambos progenitores participen equitativamente en la crianza.

Hoy, ser madre es una decisión pensada y reflexiva, que se ejerce desde la libertad, el cuidado y la responsabilidad. Es una experiencia profundamente personal que se adapta a los cambios sociales sin perder, para quien decide serlo, su esencia de cuidado y amor incondicional hacia los hijos.

La maternidad contemporánea valora el compromiso, el afecto y el derecho a transitar cada etapa a su tiempo, como pilares de una vivencia auténtica y plena, lejos de los moldes impuestos.

Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com





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